Capítulo 3

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Al final del día, hice que Jackson me acompañara hasta mi auto, como castigo por hacerme caminar debido a la distancia entre el coche y la empresa. Todo ocasionado porque tomó mi lugar de estacionamiento.

—Hey, Jaebeom hyung —llamó Jackson—, ¿no quieres ir a beber algo? Hoy fue el día de pago y todos salen a divertirse...

Cerré la puerta del auto y lo encendí, cortando la conversación de manera abrupta.
Sintiéndome un poco mal, bajé la ventanilla del auto y le miré.

—No estoy de humor, Jack, en serio. Y ni siquiera a anochecido. 

—El día de hoy parecía que te estuvieras divirtiendo al bromear con Yugyeom, ¿por qué ese cambio tan repentino de humor?

—Soñé con ella otra vez. Y siempre que llega la noche, esos recuerdos me invaden. No sabes los horribles recuerdos que pasan por mi mente de todo lo que he pasado.

—Bueno, tengo algunas piezas. Tu "hermano" me ha contado que eras una especie de delincuente juvenil en ese tiempo. Siempre andabas en las calles y que rara vez te veía en la escuela.

—Sí, algo así —sonreí tristemente viendo hacia adelante—, y cambiando de tema, ¿Irás a ver a tu esposo un día de estos? A mi parecer, ya son muchos días sin verse. En lugar de estar pensando en salir a beber, deberías de ir a verlo.

—Que insistente eres, tú bien sabes que ir a la casa de sus padres es como entrar a un campo minado. Es muy probable que su padre me asesine solo de ver mi auto llegar al frente de su casa.

—Jackson, ¡es tu esposo!, ¡ambos son mayores de edad!, tu suegro no puede decidir por ustedes y mucho menos por la vida de su hijo.

—Yo lo sé, pero familia es familia, y él la escogió en lugar de a mí —decir eso en voz alta, aunque haya salido de su propia boca, fue como una apuñalada—. ¿Sabes hyung? A veces pienso que en cualquier momento, me llamará... para firmar papeles de divorcio.

Su mirada comenzó a cristalizarse y la desvió hacia el atardecer. Se quedó callado durante unos minutos. Su boca se abría para poder emitir algún sonido, pero sin siquiera hablar, su voz se quebraba. Solo pesados suspiros salían de sus temblorosos labios.
Estiró la manga de su chaqueta tomándola con los dedos y, haciendo presión levemente contra sus ojos, secó las apenas notorias lágrimas que los adornaban.

—Fue una discusión muy fuerte, hyung —sorbió por su ahora roja nariz, el llanto le amenazaba con aparecer —, nos dijimos cosas que jamás debieron salir, la mayoría fueron mentiras y...

—Basta, Jackson —salí del auto y le abracé—, no te tortures con esos recuerdos, no vale la pena traerlos de regreso, lo hecho, hecho está. 

«Vaya hipócrita, Jaebum, ¿esos consejos no deberías seguirlos tú?»

—Hyung, quiero verlo. Necesito verlo a él —dijo de una forma casi audible, puesto que estaba apoyando su cara en mi pecho.

—Primero necesitas calmarte, Wang. Vamos a comer algo.


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Llegamos a un Restaurant Bar, encargamos alitas buffalo y un par de tarros de cerveza. Aunque la cerveza inicialmente era solo para mí, un dólido Jackson pidió una para si mismo. El ambiente era algo ruidoso, ese día había un muy esperado partido de fútbol que se estaba transmitiendo en vivo, por lo que deduje que nadie haría caso de dos hombres vestidos de oficinistas casi llorando en una de las mesas del lugar.

REBORN [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora