Capítulo 20: Retorno a la oscuridad del alma

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—Los casos de feminicidios aumentaron en la ciudad de donde vengo. Creo que si no hubiera venido a buscarte yo sería un caso más —ella estaba sentada en un sillón individual en la sala de mi casa, rodeada de una manta con su vista al suelo.

Estábamos todos reunidos en mi casa. Bambam, Yugyeom y Mark hyung estaban en el sofá más grande, Jackson nervioso estaba dando vueltas en el pasillo entre la sala y la cocina, el comandante Hoseok estaba recargado en la pared entre la ventana y la puerta principal.

Yo estaba en la cocina sentado en una de las sillas del comedor, viendo con impotencia el horario que Youngjae había colocado con entusiasmo en el refrigerador.

Después de lo sucedido en la Fundación, tuvimos que volver a la Comisaría. Ella había declarado en el lugar de los hechos, sin embargo, yo debía volver con los padres de Youngjae. Jinyoung y Jackson se encontraban con ellos, por lo tanto ya estaban enterados de todo. Jinyoung al verme me dió el abrazo que tanto necesitaba y como siempre pasaba durante nuestra juventud, me rompí en llanto sin importarme que toda la Comandancia me escuchara. Caí inconsciente y me trajeron a casa. Los demás llegaron después, al enterarse por medio de Jackson, y Jinyoung llevó a los padres de Youngjae a casa y se quedó con ellos un rato.
La escuela de Youngjae también iba a ser notificada apenas amaneciera para poder reunir más información y testigos en caso de haberlos.

—Me dijeron que —habló el comandante hacia ella— tú huías de tu ex pareja por amenaza de asesinato. 

Ella asintió tragando saliva.

—Si él te está buscando, ¿no será que sabe dónde estás y es él el autor intelectual del feminicidio en la Fundación? —el comandante Hoseok se incorporó al tener esa idea.

—No lo creo. Él no sabe dónde estoy porque dejé mi celular de dónde me podía rastrear, vine hasta acá en un trailer de carga y después en un autobús de trabajadores, es imposible...

—¡Eso es! —exclamó Mark hyung asustándonos a todos—. Youngjae tiene iPhone, ¿no es así? —dijo tomándo su teléfono móvil de la misma marca que mencionó—. ¡Se puede rastrear entrando a la página!

La ansiedad volvió en mí. Me puse inmediatamente de pie y fui hacia Mark hyung quién rápidamente entraba a la página y rastreaba el teléfono de Youngjae. Esto no podía ser así de fácil, sonaba demasiado bueno para ser verdad, pero aún así no perdía la esperanza.

—Está en el asentado rural a dos horas de aquí —confirma Yugyeom que al igual que yo, veía el teléfono de Mark hyung.

—¿¡Qué estamos esperando!? —exclamé. Tomé las llaves de mi auto y me dirigía a la puerta cuando el comandante Hoseok me detuvo.

—Tranquilo, Jaebeom. Tenemos un incidio, eso es cierto, pero no sabemos lo que nos espera ahí. Puede que estén todas las personas que trabajan para el responsable y muy probablemente armadas. Todo esto requiere un proceso de investigación.

—¡No puedo esperar más comandante! —exclamé desesperado—. No han pasado ni las veinticuatro horas desde que Youngjae desapareció y ya estoy contemplando el suicidio.

—Jaebeom, para esto hay que tener la cabeza fría —responde con un tono más arísco—. Se que estás desesperado, pero debemos guardar la calma. Iniciaremos un operativo de búsqueda mañana por la mañana. Deja esto en manos de la policía.

Mordí mi labio por dentro. No podía argumentar nada de vuelta. Tenía razón, puede que yo solo empeore las cosas si intento enfrentar a sujetos de los cuáles no se qué tan peligrosos sean. Sin embargo, durante toda mi adolescencia estuve involucrado en peleas callejeras, una que otra pandilla, incluso llegue a tener armas en mis manos, aunque nunca tuve el valor de usarlas.
Se que enfrentarse a criminales no se compara a peleas a puño limpio con delincuentes juveniles, pero indefenso no soy.

REBORN [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora