Capitulo 14

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Narradora
Los ángeles y los arcángeles ya estaban en el campo de batalla donde alguna vez se desató la primera Gran Guerra Santa.
Los demonios se hicieron presentes con una tormenta, pero antes de eso las tropas del Dios Chris se hicieron presentes abriendo un gran agujero en el cielo he iluminando el lugar más obscuro y remoto de la tierra, eran tantos ángeles que estaban divididos por los más capaces hasta los menos capaces, se encontraban médicos y algunos de esos ángeles médicos fueron ángeles que participaron en la Primera Guerra Santa. Se escuchó una voz en el cielo, era la voz del comandante de estos.

—¡¡Ustedes demonios morirán!! ese es el deseo de su Dios. No dejaré a ninguno con vida—
—¡¡Basta!!. Acaso eres idiota o que te sucede—Se escucharon murmullos al terminar de hablar—
—Señor...Azyel—Habló el comandante de las tropas—
—Ustedes los ángeles siempre se creen por encima de todas las cosas—Extiende sus alas—Ya estamos hartos de esto, está será nuestra última batalla en la que entregaremos todo o nada, ¡¡su existencia terminará ahora!!—Los gritos de guerra de los demonios se hicieron presentes, extendieron sus alas y comenzaron el ataque—
—Matenlos a todos—Moví mi arma  apuntando a ellos—

Narradora
El suelo de aquel campo se tornaba rojo, los ángeles y demonios están cayendo en batalla. Los arcángeles se mantenían quietos al igual que los ángeles guardianes.
Un poder tan inmenso se hizo presente dejando a todos sin pelear. Eran ellos 4 junto con él hijo de las Tinieblas.

—¡Ya han llegado los refuerzos!—Gritaron con alegría los demonios—
—Ya conocen el plan—
—¿Dónde está Stephen?—
—Moví la cabeza en todas las direcciones—Está haya, en medio del campo—señaló Ludoth—¿Por qué trajeron a un mocoso que no sabe acatar órdenes? ¿De quién fue la grandiosa idea?—
—Gritando hacía arriba en dirección a los Arcángeles—¡¿Dónde está Eli?!—Tono molesto—
—Ella no está aquí—Me quedé con los brazos cruzados y mis ojos se encontraban cerrados—
—Entonces, ¿dónde está?—Extendí mis alas y me acerqué a los arcángeles—
—No te diré más—Abrí mis ojos y una corriente de aire violenta se hizo presente. Dañando a demonios de bajo nivel—Inténtalo, ninguno de nosotros ha peleado y no ha demostrado ningún poder mocoso—
—Entonces no me contendré, nadie de ustedes conoce mi poder y es igual al de un Dios—mis palabras sacudieron todo el lugar y un rayo cayó enfrente de nosotros—¡¡Llamaradas eternas!!—las llamas se hicieron presentes acabando con medio ejercito de aquellos ángeles—
—Si aún te sigues preguntando el porque lo trajimos, ya tienes tu respuesta inmediata. Es porque él, es un Dios—
—Curen a los heridos y hagan una línea de defen...sa—Sentí algo frío atravesar mi cuerpo y algo cálido que se salía de él. Toqué mi pecho y mi vista se estaba nublando, solo dejé de volar y sentía como caía—
—Si sigues con esas órdenes estúpidas acabarás muriendo y no podré hacer nada—Lo dejé caer en mi espalda—
—Señor Azyel—Voz baja—
—Saqué el arma de Stephen de tu pecho ahora te pondré con los heridos —coloqué su cuerpo a lado de los heridos y extendí mi mano—¡Recuperación total!—una luz cálida curó las heridas de todos los sobrevivientes—Retirence del lugar ahora, todas las tropas, es una orden directa—
—No podemos retiramos—
—Todo aquel que no acate mi orden se convertirá en ángel caído sin poderes y dejará de existir, largo de aquí, Razyel abrirá un portal hacía el paraíso así que largo—Un grito me hizo voltear, a lo lejos se veía y notaba que había lanzado algo me apresuré para tomarlo pero está cayó al suelo con una daga que uno de esos 3 había lanzado—¡Rápido!—
—Dejence de juegos estúpidos la guerra aún no ha terminado—Todos sacaron sus alas y se dirigían hacía nosotros—
—Los Arcángeles formaron un circulo y los guardianes vigilaban sus alrededores—Empecemos, espero que funcione con lo que se ha regado—Todos los Arcángeles se cortaron la palma de la mano y dijeron palabras en su idioma antiguo—
—Rápido—La voz de Lucifer se hizo presente—No dejen que terminen el hechizo, detenganlos—Los demonios se abalanzaron contra ellos, pero, los Arcángeles estaban calmados y del suelo salió una luz totalmente brillante que acabó tirandolos al suelo—
—Gritaron en el idioma español—¡¡La sangre debe pagarse, por aquellos caídos y por aquellos que caigan!!—
—Comandante Syrus—

 Toqué mi pecho y mi vista se estaba nublando, solo dejé de volar y sentía como caía——Si sigues con esas órdenes estúpidas acabarás muriendo y no podré hacer nada—Lo dejé caer en mi espalda——Señor Azyel—Voz baja——Saqué el arma de Stephen de tu pec...

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Nombre: Syrus
Apodo: El Arcángel Maldito
Conocido como: La izquierda de Dios
Arma: Dos espadas forjadas de los huesos de Dios Padre
Edad: Desconocida. (Mantiene su forma joven)
Estado: Muerto/Vivo

—Bastó solo con una mirada hacía los demonios para que se asustaran. Me acerqué al Arcángel mayor (rango)—Sabes que no nos gusta ser resucitados—
—Las cosas cambiarán de ahora en adelante Comandante—Señelé hacía abajo—Esta vez, ustedes vivirán para contarlo, ayúdenos a terminar está guerra sin más sangre—
—Antes de que hablara lanzaron una espada con llamas del inframundo. Giré mi cuerpo y tomé la espada—Las llamas obscuras se han debilitado—Di un gran vuelo para devolver la espada cuando la solté en dirección a ellos, algo extraño paso, desapareció por completo—Interesante. No me mencionaste que tenías a una reencarnación a la de Dios Padre—
—Entonces era eso, el poder que tiene es muy similar al de él—
—Aquí viene—Hice a un lado al Arcángel y saqué mi espada bloqueando el ataque, al bloquearlo salieron unas ondas de viento violento—Utilizar el poder de mi señor para una Guerra es estúpido—Los angeles resucitados empezaron la batalla, y los arcángeles se encontraban rodeados por sus hermanos—

En otra parte del caos
—¿Por qué no te rindes Phoenix? Aún eres débil para matarme—
—Basta—Tomé su mano derecha bruscamente—No mataré a mi hermano menor, pero, has asesinado a muchos seres queridos míos—
—¿Con que derecho lo dices tú? Cuando tú fuiste el que asesinó a padre y a madre porque tú Dios te lo pidió—Lo tomé de su cuello y solté un cabezazo, este hizo que me soltara—
—Te equivocas—Mi mano limpiaba algo de sangre que salía de mi boca—Tú los asesinaste, dijiste que ellos eran demonios, cuando no lo eran—
—¡¡Mentiroso!!—
—Te dije que yo los había matado porque estabas cayendo en un mal camino, incluso alteré tus recuerdos—Mi espada nuevamente bloqueo su ataque—¡Basta ya maldición!—Una lágrima salió de mi ojo derecho—No puedo quitarte tus pecados si tú no aceptas lo que hiciste. No quiero matarte porque sé que aún puedo cambiarte, pero si ese cambio significa que debes morir entonces no tendré opción—
—Veamos quién de los dos es el más fuerte—Un tono de seriedad y arrogancia salieron de mi boca sin pensar—Esta vez en este último ataque lo daré todo y el único que morirás serás tú, tu cuerpo se cubrirá de agonía y sufrimiento que lamentarás no haber muerto—Coloque mi espada enfrente de mí y mi mano izquierda encima de ella dejando un espacio—¡¡Llamas eternas del inframundo!!—Este es mi ataque más poderoso—Me diríjia hacía el con todas las intenciones malas, pero algo fue extraño no levantaba su arma—
—Los rumores eran ciertos, invocas llamas eternas con el poder que te dio El Señor Lucifer, si te complace matarme házlo ya, no me interesa—Extendí mis manos mostrando aperturas en todo mi cuerpo—
—¡Te mataré! Ese siempre ha sido mi sueño desde pequeño—Me acerqué a él lo suficiente y mi espada se detuvo con una luz, el poder de esa luz hacia que se sintiera que el cielo se cayera era una presencia aterradora—¿Quién eres tú y como te atreves a intervenir en esta pelea?—
—Esta presencia es de...—Aparecio una voz—
—Perdona que me tardará mucho tiempo Phoenix—
—Me hice para atrás al saber de quién se trataba—Tu eres El Dios Damon—Mi voz me temblaba—Debo avisarle al Señor Lucifer de que estás aquí—Me di la vuelta pero estaban cubriendo el camino unos gigantes—
—Señor Damon, ¿dónde está Eli?
—Ella...—Giré para darle la cara—Se encuentra muy bien no hay de que preocuparse—Coloqué mi mano en mi pecho—Habías mencionado que querías salvar a tu hermano, no es así. Lo salvarás en mi nuevo mundo. Ahora él—Voltee mi cabeza en aquella dirección—Tiene que descansar—Hice un chasquido con mis dedos y este desapareció—Bueno que tal si vamos al campo de batalla, además ellos ya saben que estoy aquí. Bueno vámonos—

El Ángel y el DemonioOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz