"Un guerrero no llora a sus muertos hasta que la guerra no termina"
¡NOSOTROS VINIMOS A SOBREVIVIR NO A MORIR!
THE 100: Serie de CW
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Nací en el espacio. Nunca he sentido el sol en mi cara o respirar aire de verdad, o flotando en el agu...
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Atenea se encontraba en su celda, acostada en su cama leyendo un libro, lo único que le permitía dejar de pensar cosas que le hacían recordar sus tormentosos pensamientos, pero era difícil para la pelinegra. Las voces acechaban por todas partes, la llamaban desde cada rincón de la oscura celda, llenaban los silencios entre latidos de su corazón, le gritaban desde lo más profundos recovecos de la mente. No quería morir, pero si tenía que perder la vida para silenciar aquellas voces, estaba lista.
Siempre se encontraba así desde qué pasó lo que tuvo que pasar para que viviría 2 años en una celda sola, sin que nadie la viniera visitar solo los guardias cuando le traían la comida, pero ni eso ya que se lo dejaban de bajo de la puerta, su vida antes de ser una criminal era muy distinta; una chica de Phoenix, es una nave central del arca, donde están "los privilegiados" los que tienen mejor mantenimiento, con un padre que era miembro del consejo y una madre científica pero todo eso se fue hacia abajo, cuando pasó lo que tenía que pasar y con eso lo recompensa con la muerte.
La pelinegra leía un libro que le regaló su madre antes de que.. la flotarán, el libro era de la odisea, el libro favorita de su madre, a ella le encantaba todo ese tipo de temas; los dioses y diosas, por eso su madre le colocó ese nombre a Atenea, por la diosa de la guerra, desde pequeña su madre sabía que Atenea tenía algo especial que ningún ser vivo podría tener, siempre pensaba que su hija sería una chica fuerte, sin miedo a nada ni a nadie, ella sería una guerrera de corazón que llevaría a su pueblo hacia el bien.
"Difícil dejar de pensar en ti mamá, y en tus "ridículos" pensamientos sobre mi"
—Prisionera #105 —dijo un guardia detrás de la puerta— Apóyese en la pared con las manos hacia arriba, por favor.
La pelinegra al oír la voz del guardia su piel se erizó, estaba tan concentrada en lo suyo que se asustó al oír al guardia, giró su cabeza para observar al guardia, se quedó mirando las botas aquel hombre y se preparó para que le atacara el terror, para que le inundara una ola de pánico brutal.
En cambio, al incorporarse sobre un codo en la cama y notar como la camiseta se despegaba del colchón empapado de un sudor frío, no sintió nada.
Solo alivio.
Cerró su libro pero antes le dobló la punta de la hoja para no perder la página, se levantó e hizo lo que le dijo el guardia, al hacerlo, el guardia entró con 2 más y uno tenía una caja que la dejó en una mesa, que tenía dentro de su celda.
Dejando ver unas pulseras metálicas y gruesas, ella no entendía que estaba pensando pero por su cabeza cruzó que era protocolo pero imposible ya que lo habían hecho hace 2 días atrás, ella desvió la mirada y la dirigió a su mesa donde estaba esa caja, levantó la ceja de manera confusa al ver las pulseras, un guardia se acercó a ella para poder registrarla para ver si es que tenía algo "peligroso" las manos del hombre recorría cada parte de su cuerpo, se sentía incómoda en la forma en cómo la tocaba, era brusca y asquerosa.
