La isla de las tentaciones (Albalia)

¿Celosa?

POV NATALIA:

Empezaba nuestro cuarto día en la villa y yo ya me estaba volviendo loca. Nuestro cuarto día y la seguridad que yo presumía tener estaba resquebrajándose por todos lados. Nuestro cuarto día y yo ya dudaba de mi misma. Por supuesto, en estos tres días no me había acordado de mi novio ni un solo segundo, ni siquiera durante mi cita con Alicia. Me sentí mal por él, pero no contenta con eso Alba me encantaba. Tres días y ya me ponía nerviosa el simple hecho de que me rozara, tres días y cuando me miraba con esos ojos color miel me llevaba a otro lado. Tres días y no me la sacaba de la cabeza.

"¿Que tienes Alba Reche?" - me dije a mi misma en voz alta tumbada en mi cama después de despertarme. Me incorporé y me dirigí al baño, me aseé y acto seguido salí a desayunar con todos. Ahí estaban todas mis compañeras con mas de un tentador, estaban todos menos Alba. Me senté entre Julia y Maria para desayunar y me terminé las tostadas entre risas y conversaciones divertidas. Miré el reloj y vi que ya era tarde, y me pareció raro que la rubia no hubiese salido aun para desayunar.

"Chicas ¿le habrá pasado algo a Alba? Lleva toda la mañana encerrada en su cuarto" - dijo Julia de repente. Vi el cielo abierto para poder preguntar tranquila sin levantar sospechas.

"Es verdad" - disimulé como bien supe - "Voy a ver que tal está, ¿viene alguien conmigo?"

"Vamos todas" - dijo Afri mientras se levantaba de su sitio. Nos dirigimos a la habitación de Alba y tocamos la puerta.

"Toc, toc" - dijo la Mari abriendo lentamente la puerta asomando su cabeza - "Albita, ¿sigues durmiendo? Vamos dormilona que son las 11:30 de la mañana" - abrió del todo y vimos que todo estaba iluminado, nos asomamos del todo y vimos a Alba sentada en la cama, vestida y llorando.

"Eyyy ¿que pasa rubia?" - me agaché a su lado preocupada al ver que caían lágrimas por su rostro. No respondió, solo siguió sollozando tapándose la cara. Todas se acercaron y mientras Afri la abrazaba por detrás, María la acariciaba y Julia intentaba hacerle reír con sus payasadas, yo la miraba a los ojos y le secaba las lágrimas que bañaban sus mejillas. Tras unas cuantas bromas de Julia al fin se rió y se le subió bastante el ánimo, tanto que se animó a salir a desayunar y a bañarse en la piscina con nosotras. Ya en la piscina y después de haber estado charlando con unos cuantos tentadores como Miki y Sergio, me acerqué a Alba aprovechando que Mimi la había dejado respirar al fin tranquila para irse a comer con los demás.

"Rubia ¿como estas?"

"Mejor, ha sido un bajoncillo tonto pero cuatro locas han venido a alegrarme el día" - me sonrió con ternura.

"Vaya pues me alegro mucho, que suerte tienen esas cuatro locas ¿eh?" - le tiré agua desde donde estaba.

"Naaah, la suerte la tengo yo" - me la devolvió.
Después de unos minutos disfrutando del silencio que se había creado entre las dos en la piscina hablé.

"Oye Albi, que si necesitas hablar de lo que sea y desahogarte puedes contar conmigo, ¿lo sabes verdad?"

"Claro Nat, lo mismo te digo, estoy aqui para lo que sea" - le sonreí sincera y nos abrazamos para luego salir de la piscina para ir a comer. Y en cuanto entramos vi como Alicia levantaba la mano.

"Ey Natalia, te he guardado un sitio aquí" - me dirigí hacia ella con una sonrisa en la cara.

"Muchas gracias Alicia, que mona eres" - me guiñó el ojo y cuando me senté a su lado puso su mano en mi muslo. Me tensé al instante porque no quería darle falsas esperanzas a nadie, pero tampoco quería ser borde, así que me limité a comer y a terminarme el plato lo antes posible. Una vez comí me fui otro rato a la piscina y esta vez estuve todo el tiempo con la Mari, que no salía de ahí ni aunque la echaran.