Hoy hace mucho calor

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POV ALBA:

"Estoy fuera"

¿Que estaba fuera? Dios mio, estaba fuera. Mi corazón empezó a latir inquieto como si no hubiese tenido suficiente con ver su nombre de nuevo en la pantalla de mi teléfono. Tranquila Alba, tranquila. Recogí las cosas más torpe que nunca y salí en su busca. En cuanto cerré el taller y me di la vuelta la vi ahí aparcada, subida en su coche de siempre, y mi estómago dio un vuelco. Me acerqué a ella y la saludé con la mano.

"Hola" - la saludé desde fuera y ella me miró a través de la ventana agachando la cabeza con una sonrisa en el rostro.

"Sube" - subí al coche. Me estaba pareciendo una situación un tanto extraña, pero mi cuerpo iba por su cuenta si de Natalia se trataba, siempre - "Buenos días, ¿tienes mucho tiempo?"

"Bueno, supongo que por que me tome una mañana libre no va a pasar nada, llevo demasiado tiempo currando a deshoras" - me miró triste. Pero enseguida cambió su expresión por una risueña.

"Bien, pues nos vamos" - la miré confusa mientras arrancaba el coche.

"¿Donde vamos?" - no me miró.

"Lejos, necesito hacerle rodamiento al coche" - no contesté, mire hacia delante y disfruté del viaje en completo silencio, de vez en cuando el silencio se rompía y se oían unas risas provocadas por habernos pillado las miradas a escondidas. Y al cabo de una hora estábamos en un sitio que conocía sin ninguna duda. Ella ya me había traído aquí antes. Recordé el lugar y la cita que tuvimos en él. Y otra vez el tambor en el pecho.

"Vaya... el campo del lago" - me sonrió, parecía sorprendida de que me acordara.

"Si, quería estar en un lugar tranquilo y aquí no viene nunca nadie" - Profundizamos en la senda y tras encontrar otro lugar con la hierba baja para sentarnos, muy alejadas de la carretera y de la civilización, nos sentamos y nos quedamos un rato en silencio, respirando el aire puro con los ojos cerrados. De repente Natalia me miró.

"Te preguntarás por qué te he traído aqui"

"Un poco" - le sonreí.

"Verás, quería hablar contigo, no he sabido nada de ti en todos estos meses" - me miraba fijamente.

"¿Y que quieres saber?"

"No se, todo, ¿como has estado?" - miró hacia el suelo como avergonzada.

"¿La verdad?" - asintió - "Mal... me has hecho mucha falta Natalia" - yo también miré al suelo.

"Lo siento... tu a mi también" - sonreí incrédula soltando el aire por la nariz y levantando las cejas, pero no por querer reprocharle absolutamente nada, más bien había sido un ataque hacia mi misma por mi propia inseguridad. Aunque luego entendí que pudo haberlo mal interpretado - "Alba, aunque no te lo creas te he echado mucho de menos" - entonces la miré, seria.

"¿Y a ti?¿Como te ha ido?" - intenté seguir la conversación sin profundizar más en el tema.

"Lo mío ha sido bastante rutinario la verdad, concierto/grabaciones/entrevistas/clases/ salir/ bailar/ beber/ concierto... y así hasta entrar en un bucle sin salida" - me sonrió mostrando sus dientes - "Eso si, la ciudad es preciosa, si alguna vez tienes la oportunidad de ir, hazlo"

"Me lo apunto" - le devolví la sonrisa.

"Me dijeron las chicas que la exposición fue de maravilla, que todos los críticos te habían sacado en los periódicos alabándote, enhorabuena" - la miré agradecida arrugando la nariz haciendo una mueca tierna.

"Gracias" - Se creó otro silencio, aunque con ella nada era incómodo, disfruté de él el tiempo que duró hasta que finalizó para entonces volver a disfrutar de su voz.

La isla de las tentaciones (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora