23. Tus besos son de caramelo

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📆MÁS TARDE

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Los dedos de Marco acarician muy lentamente mi espalda mientras yo le busco con la mirada. Estamos los dos tumbados en mi cama, yo boca abajo, y él de lado. 

- Estás muy sexy con la sábana en tu cintura -le digo dándole una traviesa mirada.

- Y tú estás adorable con tu espalda desnuda -Marco se inclina y deja un rastro de besos por toda mi espalda haciendo que un escalofrío recorra mi piel. Y si, que mis ganas de él se acrecienten de nuevo. 

- Humm -digo dejando escapar un gemido- me encanta que me beses. Tienes unos labios mágicos.

- Sabes a caramelo -él aparta la sábana dejando todo mi cuerpo desnudo, al descubierto. 

- ¿A caramelo? -le pregunto riéndome.

- Sí, a caramelo. Eres muy dulce, Olivia Savannah -Marco me da un pequeño mordisco en el culo y yo me retuerzo de las cosquillas.

Me doy la vuelta dejando al descubierto mis pechos. Él me mira y puedo ver de vuelta el deseo en sus ojos. Le agarro de la cabeza y atraigo sus labios a los míos para besarlo como a mi me gusta. Marco pone una de sus manos en mi pecho y lo acaricia haciendo que yo me vuelva a excitar. Sus labios son magia en mi boca. Me tienen derretida. Sus labios, su boca, sus manos, sus dedos, todo él. Marco es un pecado andante. 

Abro mis piernas por instinto y él se acomoda entre ellas. Siento la punta de su pene rozar mi abertura y tiemblo de la anticipación. Él pone sus manos a ambos lados de mi cara y va entrando en mi con lentitud sin dejar de mirarme en ningún momento. Cierro los ojos cuando sienta que me llena por completo. Marco se mueve despacio, entrando y saliendo de mi de una manera deliciosa. Jadeo en sus labios cuando me besa. Su lengua se enreda con la mía acompañando sus embestidas. No puedo evitar alzar un poco mis piernas. Quiero sentirlo más profundo, que esté más dentro de mi. Mis manos bajan por su espalda hasta llegar a su culo, el cual aprieto y pellizco a mi antojo.

- Eres tan bonita - me dice Marco mientras llena de besos mis mejillas.

Sus movimientos dentro de mi, son esta vez lentos y pausados, pero no por eso dejo de temblar bajo su cuerpo. Su pene sale de mi, para enterrarse más profundamente cuando vuelve a penetrarme. Todo mi cuerpo se arquea recibiendo sus embestidas, queriendo fundirme con él y que este tormento que él me provoca, no tenga fin.

Sus dedos se hunden en mi culo mientras me levanta con cada embestida. Mis gemidos vuelven a retumbar en la habitación mientras mi boca busca su cuello para marcarlo de nuevo con mis besos. 

- Marco. Necesito que no pares - le digo sintiendo como tiemblo por todo el cuerpo porque sé que falta poco para correrme. Otra de las cosas que me hace Marco, hacer que mis orgasmos con él sean rápidos e intensos. 

- No voy a hacerlo. Córrete, Oli. Apriétame tanto que no tenga más remedio que irme contigo.

Las palabras de Marco son mágicas. Se mueve un poco más rápido siendo esta vez sus movimientos, más frenéticos. Siento como mis paredes se contraen y me dejo llevar. Pongo mi boca en su cuello ahogando mis gemidos mientras siento como me viene el orgasmo. Él se tensa también y un intenso jadeo sale de su boca.

𝙉𝙪𝙗𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙘𝙝𝙤𝙘𝙤𝙡𝙖𝙩𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora