39

1.9K 128 43
                                    

Narra Alejandro

Es duro aceptar que ya habías perdido desde hace mucho a la persona que llegó a amarte tanto, que por años daría la vida por ti sin pensarlo dos veces.

Al inicio no la amé y debo aceptarlo, simplemente sabía que sacaría provecho de la situación y con el tiempo podría tenerle un poco de cariño, con el paso del tiempo me enamoré y fue cuando todo marchaba bien, nos enamoramos y unimos nuestras vidas en una gran fiesta y ella vestida como una princesa.

Me sorprende el ver la química de ellos dos, la forma en la cual Raymond la mira me hace saber que el corazón de ella hace mucho ya le pertenecía, la admira como la joya más preciosa y sus ojos tienen aquel brillo que jamás tuvo cuando estuvo a mi lado.

Narra Jade

Me levanto del regazo de Ray por un poco de comida, me acerco a la mesa donde está la comida y las botanas.

Mi queridísima tía religiosa se acerca a mí con una pequeña sonrisa, finjo una sonrisa intentado servir lo más rápido posible en un plato un poco de todo.

— Hija, me alegra saber que eres feliz con ese muchacho — lo miro arqueando una ceja, me sorprende que no diga nada relacionado con la iglesia.

— ¿Se siente bien tía? — pregunto dejando el plato sobre la mesa para verla mejor — ¿Mis primos le dieron algo verde como pasto?—cuestiono dudosa.

— No hija — niega de inmediato — es solo que te veo mejor con Ray que con Alex — me sonríe — Dios te puso a ese muchacho por qué es lo mejor en tu vida.

— Gracias tía — respondo incómoda recogiendo el plato regresando hasta Ray.

— ¿Tu tía te dio la bendición? — pregunta divertido mientras me siento en su pierna izquierda.

— Idiota — le respondo — solo me dijo cosas extrañas, tal vez es la emoción por el nacimiento de Jesús — le resto importancia.

— ¿Qué traes ahí? — señala el plato con comida.

— Voy hacerte engordar con todo esto— sonrió con malicia — y no comerás mucho en la cena y habrá más para mí — lo escucho reír.

— Estoy dispuesto a comer lo suficiente para tener energías para bailar, tus primas me prometieron que habría karaoke — asiento llevando un poco de comida a su boca con una cuchara.

— Solo espera a que todos estén ebrios, se volverá una locura — me río al verlo saborear la comida.

— Picosa pero deliciosa — habla sonriente — creo que ya me estoy acostumbrando.

— No lo hagas — niego llevando un poco más de comida a su boca — yo no sé cocinar todo esto y no creo que pueda aprender en pocos días.

— Lo haré por ti — me mira coqueto — para cocinarlo el próximo año cuando tú familia vaya a la isla a pasar navidad — lo miro atónita.

— ¿Quieres que más de cien personas vayan a tu casa? — pregunto asustada al verlo asentir — ¡Son muchos! — exclamó para hacerlo razonar.

— Tengo seis aviones cariño, los podremos llevar a todos — bebe un poco de su cerveza viéndome — todo podemos solucionarlo.

— Me niego — le reclamo — no todos podrán quedarse en tu casa — muerdo mi labio al verlo reír — ¿Qué? — pregunto molesta.

— Luego de casarnos no viviremos más en esa casa — lo miro atónita — comprare una más grande — me mira tranquilamente — ¿Quieres una vaca de mascota, cierto? — asiento — la casa no tiene mucho espacio, la otra sí.

¿𝑱𝒆𝒇𝒆 𝑶 𝑬𝒔𝒑𝒐𝒔𝒐? Where stories live. Discover now