11. Coincidencias

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El sol entraba por las rendijas aterrizando directamente sobre su rostro y Taehyung se removió molesto entre las sábanas. Cien martillos hidráulicos machacaban su cabeza hasta hacerla estallar y sentía la boca demasiado pastosa. Si tuviese el río Han a su disposición bebería de él hasta la última gota.

A regañadientes se levantó para bajar la persiana y así conseguir tiempo de sueño extra pero en cuanto puso un pie en la alfombra su cabeza comenzó a girar y el poco contenido que tenía en el estómago amenazaba con salir por su garganta.

Se quedó sentado sobre la cama. Las imágenes acudían a su mente de forma borrosa y le hicieron sonreír tontamente: Namjoon y Jin bromeando, la preciosa sonrisa de Jungkook, Jimin peinándose el pelo hacía atrás en ese gesto que tanto le gustaba, la mirada dulce de Hoseok...

Hoseok

No estaba del todo lúcido pero recordaba a la perfección la reacción tan borde que el pelirrojo había tenido con Jimin y su actitud distante con el resto. No entendía el motivo que le llevó a comportarse así. Hobi era dulce y amigable con todo el mundo, nunca tenía una mala contestación, si algo le molestaba te lo decía de manera tranquila y buscaba resolver los conflictos rápidamente. Por eso Taehyung lo amaba, primero como amigo, luego como pareja y más tarde, como amigos de nuevo.

Pero anoche descubrió una parte que no le gustó. El castaño creía saber el motivo aunque se negaba a admitirlo porque si es lo que él pensaba todo se complicaría y no quería dejar de estar al lado de Hobi. En su teléfono había más de diez llamadas perdidas del pelirrojo y mensajes donde decía que lo sentía, que le disculpase frente a los demás pero que no se encontraba bien y prefería marcharse. También le dijo lo mucho que le quería y que por favor, se viesen pronto para aclararlo todo.

Decidió darse una ducha. El agua fría sobre su piel le serviría para despejar la cabeza. Los recuerdos continuaron viniendo en forma de fotogramas nítidos y en colores vivos. El rubor comenzó a teñir sus mejillas al pensar en ellos, en el baile, en el juego, en la declaración que prácticamente les obligó a hacer y que él mismo hizo. Confesó que se sentía atraído por ambos y no pudo evitar reírse en la soledad de su baño al recordar las caras de sus acompañantes. Jungkook, con esa sonrisa torcida y ese aura directa y segura que le llevó a beber de su copa de inmediato y Jimin, paralizado, como una estatua, pero con la mirada fija y sus ojos brillantes, esos que enseñaban el debate que se estaba produciendo en su mente pero que llegó al camino correcto porque finalmente él también acercó la copa a sus labios. No quería hacerse ilusiones ni sabía que iba a pasar a partir de ahora porque jamás estuvo en una situación igual, pero que le matasen si esa resaca no merecía totalmente la pena, porque sin la valentía que te concedía el alcohol nunca hubiese hecho esa pregunta que ahora lo tenía suspirando como un idiota abriéndose ante él un mundo de posibilidades y expectativas que hacían que su corazón galopase emocionado.

Taehyung terminó de secarse el pelo con la toalla de forma enérgica y se colocó un pantalón deportivo gris y una sudadera negra. Tomó los tres elementos necesarios para la supervivencia de cualquier resaca: un par de analgésicos, una botella de agua y unas gafas de sol. Con un poco de suerte encontraría algo en la cafetería que le haría revivir, y después de eso llamaría a Hobi para hablar con él. El pelirrojo le debía una explicación.



***


Jungkook corría a toda prisa por las calles del distrito de Seocho-gu hacia el apartamento de su mejor amigo. No había podido pegar ojo en toda la noche. Parecía que las cartas quedaron sobre la mesa pero eso, para el pelinegro, complicaba todo aún más. ¿Cómo se manejan sentimientos entre tres personas? ¿La atracción que el sentía por los dos también la sentía Tae por Jimin? ¿Se acordaría su profesor que reconoció que le gustaban sus dos alumnos? ¿Cómo debería actuar a partir de ahora? Demasiadas preguntas sin una respuesta clara. Necesitaba a su mejor amigo. Recordando que el mayor también tenía algo que contarle, decidió no esperar más y mandarle un mensaje prometiendo comprar él el desayuno. 

PARIS * VMINKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora