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Junkyu.

Mashiho me guía hasta el centro comercial más cercano. Por suerte, conoce bastante bien la ciudad y podemos llegar caminando. Antes de llegar a la salas de cine, reviso tener en mi cartera tener el dinero suficiente, y agradezco que sobre.

Mi celular suena dos veces, a la primera Mashiho se sorprende de la marca de mi celular, alega que quiere uno nuevo, y plegable como el mío.

—Entonces es un ¿Motorola K1?

—Sí, me lo regalaron en navidad.

Lo analiza y juega un tiempo con el, mientras yo el encargo de comprar los boletos, y elegir la película. Entonces pago por la que peor suene, y mis padres me obligarían a omitir.

No dejan de insistir, deberías responder.

Me rindo, y le entrgo las entrasdas Mashiho. Busco un lugar privado donde hablar, donde no se escuchen los gritos de mamá.

¿Hola?

Cubro el celular en mi pecho y espero que se tranquilice. Cuando ya no escucho nada, lo regreso a mi lastimado oído y suelto un largo suspiro.

Llegaré antes de nueve, estoy en el cine.

Y cuelgo, antes de que se oponga a mi decisión. Tengo diecisiete años, creo que soy lo suficiente maduro, además de que me criaron para serlo.

Listo.

—¿En serio compraste entradas para "Secretos íntimos"? ¿Qué carajos es eso?

Yo tampoco estoy muy enterado de que va, así que alzo mis hombros y muestro una sonrisa, intentando actuar lo más sereno posible.

Llegamos justo a tiempo, así que no tardamos entrar. Todo está muy oscuro, y con esfuerzos encontramos nuestros asientos.

Si me duermo, lo siento mucho.— Y quiero que esto no sea incomodo.

No te preocupes, en algún punto puede que yo igual.

Lo veo sonreír a pocas penas. Los dos estamos aquí solo para evitar llegar a otro lugar.

La película no es tan aburrida como esperamos, y me deja pensando más de lo que imagine. Mashiho tarda en levantarse de su silla, procesando lo que habíamos acabado de ver. En ningún momento hablamos, o si quiera nuestros brazos se rozaron, nos reímos en un par de escenas, pero sin ver la reacción del otro. Las luces se encienden, al igual que varios impulsos en mi interior.

Salimos en silencio, pero él toma mi mano. Varias personas nos ven, y la necesidad de soltarlo me ataca, pero Mashiho no está consiente. Yo estoy dispuesto a hacer lo que él me pida.

¿Comemos hamburguesa?

Asiento, porque tengo mucha hambre, y aún no quiero partir. El problema llega cuando por fin rompe el agarre, y me siento vacío, pero si esto es lo que quiere, lo acepto.

Llegamos al pequeño restaurante y pedimos. Mientras esperamos, por fin nace una conversación de lo que acabamos de ver.

No creo en el amor a primera vista, pero sí en la pasión de dos amantes.

Para esta ocasión, no le doy la razón.

Ellos no era simples amantes, y se enamoraron a primera vista.

Mashiho toma de su malteada de vainilla, y niega con fuerza.

No, yo creo que dos amantes pueden desarrollar algo intimo, pero no al punto de enamorarse, y es valido, también un sentimiento fuerte.

Me pregunto si el ha tenido un amante.

¿Has engañado a tu...Pareja?

Da otro sorbo mientras me observa con diversión.

No.

Cambio la dirección de mi opinión a otra, realmente no le juzgo por no hablar desde la voz de la experiencia, porque yo hago exactamente lo mismo.

Pero— Mi hamburguesa queda en segundo plano—¿Crees que puedes tener pareja y a la vez separar ese tipo de sentimientos hacía tu amante?

No siempre será ese el caso, existen personas que se enamoran de dos, o hasta más.— Entiendo su punto, de nuevo no por que lo he experimentado; solo reconozco la diversidad por mis libros.— Al final del día, somos simples animales acomplejados.

¿Con ego? Quieres decir.

Veo suspicacias en la mirada de Mashiho.

—¿Lees a Carl jung?

—"Lo que niegas te somete, lo que aceptas, te transforma"— Recito, y es extraño que sepa tal frase de memoria, y que se la dedique a un cliente de mi padre.

O tal vez cuando  aceptas y  transformas, los demás intentan someterte.

Nuestra charla filosófica empezaba a abrumarme, solo porque eran cosas que necesitaba escuchar.

La libre expresión es una mierda, no existe, no aquí, no ahora.

Le doy la primera mordida a mi hamburguesa. Aceptarme va a ser más difícil de lo que planeaba.

nasty; m a s h i k y u Where stories live. Discover now