-17-

167 21 4
                                    

Junkyu.

La tina se pinta carmesí. Mashiho no deja de repetir que lo siente, que no había otra salida, otra forma de que yo fuese feliz.

Él nunca comprendió, nunca lo hizo.

Le costaba tomar mi mano mientras caminábamos.

Le costaba verse al espejo, siempre le costó amarse.

Tal vez si hubieses tenido otra persona, otro amigo.

Le costaba ver mis luchas.
Luchas que siempre trate de ocultar por nuestro bien, y de las que muy pronto se enteró.

Recuerdo la primera vez que entré a su habitación sin tocar antes de hacerlo, una visita normal, después de un largo entrenamiento. Recuerdo haberle visto con rubor en sus mejillas, un suave delineado de color rosa y una mate opaco en sus labios. Recuerdo la expresión de terror en su rostro.

En ese entonces, eramos simples compañeros equipo. Estaba preocupado, Mashiho no había asistido a la practica, y como buen líder debía asegurarme de que estuviese bien.

En otras palabras, desde el primer momento que vi a Takata Mashiho me enamoré.

Te ves hermoso— Le dije.

Nuestras vidas cambiaron, y aunque nuestro amor parecía superarlo todo, las cosas se fueron complicando.

Tarde o temprano, mi padres se enteraron, tarde o temprano empezaron las mentiras. Fui obligado a asistir a un grupo de ayuda religiosa, a dejar el equipo de baloncesto, y a dejar mi antigua preparatoria.

Pero traté de mantenerme fuerte, traté de hacer lo posible, mentirle solo para que no se preocupara.
Y mientras la vida se hacía más difícil; Mashiho era mi todo.
Aunque mi padre repitiera que era asqueroso, sucio, que no tendría salvación, aunque me golpease cuando le repetía que no me detendría, que no cambiaría nunca porque mi cielo estaba aquí, en la tierra, junto a él.

Pero Mashiho descubrió mi infierno interno, por el que él no debía pasar.
Los moretones en todo mi cuerpo lo delataron, también mi repentina ausencia. Ya no solo era yo el afectado por las amenazas, y temía que atentaran contra Mashiho.

Llegué muy tarde entonces.

La tina ahora está vacía, estoy vestido completamente, y mi cuerpo ha cambiado.

Salgo de ella, analizo mi reflejo. He crecido, las arrugas se empiezan a marcar levemente bajo mis cansados ojos.

Desde el día que decidiste terminar con todo, he envejecido más rápido.

tengo que lidiar con todos estos trastornos.

Pero quiero que sepas, todos los días lo intento un poco más por ti, y por mis hijos.

Sigo imaginando este tipo de escenarios, dañando mi memoria.
Porque eras la persona correcta, en el tiempo incorrecto.

Por último salgo del baño, y continuo con mi rutina.

End

End

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
nasty; m a s h i k y u Where stories live. Discover now