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Guatemala suspiró al estar envuelto en los brazos de Alemania.

Ésta mañana había despertado en medio de lágrimas y pequeños sollozos que alertaron de sobremanera al tricolor.

Guatemala de nuevo había tenido una de aquellas realistas pesadillas, que eran más recuerdos que malos sueños, de nuevo, su mente lo traicionó y le hizo pasar un mal momento, para su buena y mala suerte Alemania estaba durmiendo junto a él.

No lo malinterpreten.

Solamente dormían, Alemania había llegado hace dos días, obviamente Guatemala se negó a que se durmiera en el sofá. El punto es que Alemania estaba durmiendo tranquilamente abrazando por la cintura a su lindo novio pero de un momento a otro éste empezó a llorar.

Se asustó.

Intentó calmarlo sobando con suavidad su cabeza a la vez que le susurraba palabras lindas, pero no funcionó, Guatemala no se tranquilizó y en vez de ello sus lágrimas aumentaron, susurraba palabras que no lograba entender y empezaba a moverse bruscamente, colocándose en posición fetal finalmente.

Alemania no tuvo otra opción que despertarlo, no de manera abrupta, lo despertó con paciencia, lo movió con suavidad recordándole que él estaba junto con el chapín.

Cuando el bicolor abrió sus lindos ojitos acuosos llenos de lágrimas algo se encogió en su pecho.

Dolor, angustia, tristeza, miedo.

Guatemala tenía un cóctel de emociones negativas brillando en aquellos ojitos preciosos que se achinaban cuando reía.

Guatemala: ¿Al-Ale?.- Preguntó en un susurro roto.

Alemania: Aquí estoy, amor, estoy aquí contigo.- Contestó abrazándolo, envolviéndolo en sus brazos, queriendo protegerlo de todo y todos.

Guatemala se dejó hacer, se aferró a la camisa negra de su pijama, apretó ésta en sus manos mientras hipaba derramando más lágrimas, Alemania solamente se encargó de que el chapín utilizara su brazo como almohada mientras el otro lo pasaba por su cintura, dándole a la vez pequeños masajes en su espalda baja y besos en su cabeza susurrándole lo mucho que lo amaba, lo bello que era y que todo estaría bien, sabía que lo que Guatemala necesitaba ahora era apoyo emocional y no ser atormentado por preguntas.

Porque aveces un abrazo en situaciones así, vale más que palabras alentadoras.

Luego de varios minutos, largos minutos Guatemala al fin se calmó, dejó de sollozar y soltar lágrimas, aún así seguía aferrado a él, sin hacer el mínimo amago de apartarse.

Eso hasta que luego de suspirar y con voz un poco ronca, habló.

Guatemala: Uhn, te llené de mocos, perdón amorsito.- Susurró con una pequeña sonrisa, sonrisa que no logró ver pues el chapín seguía escondido en su pecho.

Alemania: Eso no tiene importancia, cariño.- Respondió besando su cabeza.

Guatemala guardó silencio unos segundos.

Guatemala: No quería que me vieras así.- Añadió.

Alemania: ¿Por qué?, quiero conocer todo de ti, ayudarte cuando lo necesites y ser tu pilar cuando te estés cayendo, ¿no te lo dije antes?.- Habló de forma suave.- Ya no estás solo amor, ya tienes a alguien que muere por ti, por ayudarte, por hacerte feliz.-

Guatemala mordió su labio y cerró los ojos con fuerza dejando salir otras traviesas lágrimas, Alemania era como un ángel para él, escuchar algo así de su parte hacia que su corazón desbordara amor.

DOS PAÍSES, UN AMOR.Where stories live. Discover now