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Tenía frío, su cabeza pulsaba y su garganta estaba totalmente reseca, incluso dolió al intentar pasar saliva, sentía su cuerpo pesado y su sentido de orientación decidió dejar de funcionar, al parecer, parpadeó un par de veces de forma pesada, su vista era un poco borrosa, sentía aquellas finas telas en sus globos oculares estropear su vista, gruñó levemente moviéndose forzosamente pues su cuerpo no le respondía la mayoría de sus intentos por levantarse.

>¿Dónde..?.<

Al momento de apoyarse en la aparente pared que estaba detrás suya escuchó vagamente un ruido metálico, abrió la boca un par de veces tratando de que la incomodidad en ésta -al tenerla reseca- se fuera, sacudió un par de veces su cabeza causando que su cabello se desacomodara mas de lo que ya estaba, bajó la vista a sus manos las cuales estaban dormidas, en sus muñecas habían grilletes, grilletes soldados a una pequeña cadena la cual estaba incrustada con ayuda de un enorme pedazo de varilla en la pared de piedra.

>¿Cadenas?... <

Su mente estaba aclarándose lentamente, logró deducir que estaba en una especie de cueva pues estaba todo helado, oscuro, las paredes eran de piedra y se escuchaba unos goteos continuos, movió sus pies lentamente estirándolos, se sentía entumecido.

Su vista se alzó rápidamente e intentó soltarse fallando en el intento al escuchar unos tranquilos pasos resonar por todo el lugar, segundos después una figura alta entró por la puerta que ni siquiera se había percatado que estaba ahí.

Dan: Hn, despertaste.— Habló dejando la lámpara de gas que llevaba consigo sobre el suelo en una esquina, la poca luz iluminaba un poco el lugar.

Guatemala maldijo mentalmente al no poder  hacer en voz alta, ahora todos los recuerdos estaban llegando a su mente.

Guatemala: ¿Dónde estoy?.—  murmuró apenas.

Dan rió entre dientes mirando al chapín sentado frente suyo, se veía un poco confundido y desorientado. El plan había salido tal y como lo habían planeado, afortunadamente aquel idiota de Jhon no lo echó a perder con sus tontos e ingenuos pensamientos, se sentía satisfecho ahora, tenía a Guatemala tal y como lo quería, ahora se encargaría de hacerlo pagar por aquella humillación.

Dan: No te lo diré.— canturreó.

Guatemala chistó y cerró los ojos fuertemente bajando la cabeza, con el ceño fruncido y los dientes rechinando.

Guatemala: Sacatepequez, ¿está bien?.—

Dan rodó los ojos, ¿no miraba que estaba con cadenas en las manos en un lugar desconocido y que posibleme-..no, que no saldría vivo de ésta? Y lo que pregunta es por aquél departamento sin importancia alguna. Eso sólo lo molestó más.

Dan: Está vivo.— Añadió de forma molesta.

Guatemala relajó su cuerpo dejando salir un pequeño suspiro aliviado.

>Mi patojito, está bien.<

Guatemala ahora estaba recordando a su Ale, ¿estará bien?, ¿no lo estará buscando?, ¿siquiera se dió cuenta de su desaparición?.

Guatemala: Alemania...— murmuró preocupado.

Escuchó un leve gruñido molesto por parte de Dan para luego ver cómo se acercaba a paso veloz.

Dan tomó sin delicadeza alguna una mata de cabello del chapín halando con fuerza su cabeza hacía atrás haciendo que lo mirase a la vez soltando un quejido de dolor, Guatemala observó el ceño fruncido del contrario y en sus ojos encontró odio, desprecio y asco.

DOS PAÍSES, UN AMOR.Where stories live. Discover now