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El puño de Guatemala se estampó en su rostro con fuerza haciéndolo ladear la cabeza soltándo un doloroso quejido, mas no dió su brazo a torcer y siguió ejercièndo fuerza sobre el pequeño cuerpo del chapín.

Su pierna pasó sobre las rodillas de Guatemala y su brazo rodeó la cintura de este pegándolo a él mientras sentía los aruñones, cabezazos y mordidas de Guate en sus hombros y pecho, su bebé lloraba y gritaba mientras pedía ayuda arqueándose y pataleàndo tratando de huir.

Alemania: Amor, amor ya, tranquilo.―

Guatemala: ¡No!, ¡No quiero, ya no quiero màs!.―

Decía entre gritos y sollozos mientras sus manos empujaban a Alemania pero este se resistía y ejercía fuerza para no alejarse.

Ah, ambos odiaban los ataques de pánico.

Alemania en medio de la sala sentado en forma de loto con Guatemala atravesado entre sus piernas removièndose frenètico hiperventilando totalmente aterrado, pensò que no era una buena forma de empezar el día.

Su pierna derecha apoyaba la espalda de Guatemala y no le permitía retroceder, mientras su pierna izquierda pasaba sobre las dos piernas de su bebè evitàndo que patalee muy brusco y logre levantarse.

Guatemala: ¡Voy a callarme!... ¡Voy a callarme!.―

Alemania sentía su corazón doler al escuchar aquellas palabras, parecía que Guatemala estaba viendo al hijo de puta de Dan.

Alemania: Shh...―

Aún con Guatemala removiéndose Alemania tomó ambas muñecas de su bebé con una sola de sus manos y las echó hacìa arriba, su mano libre tomó suavemente la cabeza de Guatemala y la pegó a su pecho, Eterna Primavera respiraba agitadamente hipando y sollozando pero entonces.

Entonces aunque sus manos seguía luchándo por zafarse sus ojitos llorosos se abrieron con sorpresa al escuchar un suave y levemente agitado golpeteo.

Alemania al ver que Guatemala estaba quedándose quieto soltó lentamente sus manos luego de bajarlas y dejarlas sobre el regazo de su bebè, rodeó su cintura y comenzó a mercerse suavemente adelante y hacía atrás, había descubierto que aquello funcionaba muy bien.

Entonces decidió combinarlo con la otra de las cosa que calmaba a su pequeño.

Con voz susurrante y un poco ronca comenzó a decir tomando leve ritmo tarareado.

Alemania: Soy, la pregunta del millón...―Parpadeó cerrándo sus ojos acariciándo el cabello de su bebé.― Siempre la interrogación...

Guatemala se pegó tanto a su cuerpo acurrucándose que sentía como temblaba y se estrecemecía hipando aún. Sonriò un poco y lo abrazó más fuerte colocándo su mentón en la cabeza del chapín.

>>No respondas que sì, por que sí. ¿Y qué?, ¿Qué podrías tú decir?, si yo no te voy a oír. No me entiendes y nunca seré lo que esperas de mí. Jamás ya me vas a conocer, niño y hombre puedo ser, no me uses y apartes de tì, y ví como alguien aprendió lo que nadie le enseñó, no me entienden, no estoy aquí...

Guatemala comenzó a llorar bajito al escuchar la letra de aquella canción, la voz ronca y baja de Alemania lo reconfortaba como nada más podía hacerlo, escuchar el golpeteo del corazón de su chico y su tranquilizánte voz era una muy buena convinación.

Alemania: Y yo, solo quiero ser real, y sentir el mundo igual, que los otros, seguir siempre así.― En ese momento Alemania alza la voz de manera suave siguiendo el ritmo y las notas de la canción, aquella era su parte favorita.― ¿Por què yo tendría que cambiar?, nadie mas lo va a intentar, y no entienden, que sigo aquí.

DOS PAÍSES, UN AMOR.Where stories live. Discover now