~•Capitulo 1•~

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Lady Bárbara Baratheon: la nueva señora de Bastión de Tormentas, la madre del príncipe que fue prometido.

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278 D.C
Bastión de Tormentas

Bárbara Baratheon

ELLA ESTABA INQUIETA.

Había demasiado que hacer y muy poco tiempo, demasiadas bocas que alimentar, demasiadas apariencias que guardar, tres hermanos que cuidar, dos padres que esperar, y un príncipe Targaryen al que agradar. Con sólo 16 años tenía que hacerse cargo de los dominios de su casa, en ausencia de sus padres.

«Debí quedarme en Invernalia, Lord Rickard me ofreció estadía está luna y la siguiente, claro que era cruel dejar a Stannis sólo con Robert y con Renly» Reflexionó mientras daba órdenes a las criadas para el banquete de esa noche, sus padres volverían y todo debía relucir.

Tenía que estar feliz pero aún así..., sentía un mal presentimiento. El día anterior se había despertado sudorosa, aún recordaba la vivida sensación de ahogo, el agua oscura y las centenas de cadáveres en las costas de Bastión de Tormentas.

«Claro, el príncipe Rhaegar Targaryen fue a visitar a su amiguito Jon Connington y luego pasa por aquí por ordenes de su padre, a esperar a mi señor padre, Lord Steffon. El rey mandó a padre de misión a la Antigua Volantis, al otro lado del mar Angosto, para que buscase a una esposa digna del príncipe Rhaegar, “una doncella de noble cuna y antiguo linaje valyrio”. Y el príncipe de plata, nuestro primo Rhaegar ha venido a investigar» Sus pensamientos se desviaron.

El hecho de que su majestad confiase la tarea al señor de Bastión de Tormentas, no a su mano, habla por sí solo. Corrían sin tasa los rumores de que Aerys pensaba convertir a lord Steffon en su nueva mano cuando regresase con éxito de su misión, y de que Tywin Lannister estaba a punto de ser depuesto del cargo, arrestado y juzgado por alta traición. Y a más de un señor le regocijó la idea. Ella en cambio no tenía mucho que decir, no le agradaba Cersei Lannister pero si su dorado mellizo Jaime, y de Tywin, tenía la misma opinión que el príncipe Daeron; hermano menor de Rhaegar, apodado El Príncipe Joven.

«Tywin Lannister es un buen gobernante, una excelente mano pero no es un buen hombre, no es alguien al que quieras ofender. Un Lannister siempre paga sus deudas» Daeron lo sabía con certeza, se había pasado horas tras Tywin Lannister desde niño aprendiendo a gobernar y a ser una buena mano para su hermano mayor; Rhaegar, Daeron el Príncipe Joven se lo contó personalmente a Bárbara.

Revisó los platos que se servirían: una sopa espesa de cebada y venado; ensaladas de hierbadulce, ciruelas con frutos secos por encima..., Y dulces. Salió de la cocina y sin darse cuenta tropezó con alguien que pasaba por el pasillo.

—Siete infiernos—Murmuró Bárbara, se había enredado con la capa de seda negra de su vestido, le quedaba demasiado larga; y eso que ella era alta. Correr por un castillo vestida ostentosamente no era fácil. Acomodó su capa mientras decía:—. Lo siento.

El crujido llego a sus oídos antes siquiera de saber que estaba a su lado, y cuando volvió la
cabeza, estuvo a punto de ahogarse en la profundidad de los tristes ojos color violeta de Rhaegar Targaryen, el príncipe heredero, su futuro Rey, estaban a centímetros de los suyos.

—No os preocupéis, mi señora. El descuido a sido mío—Tomó su mano con sutileza y besó sus nudillos.

Él era el prototipo del perfecto príncipe: muy atractivo y galante. Se decía que era brillante y dominaba todo aquello que se proponía, siendo un habilidoso caballero. Era un músico excepcional, virtuoso con el arpa y se decía que sus canciones hacían que las mujeres lloraran al escucharlas. Era sumamente popular entre el pueblo llano y era objeto de deseo de las mujeres.

Baratheon: Nuestra Es La Furia [Game Of Thrones]Where stories live. Discover now