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El Príncipe Prometido

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Año 278
Desembarco del Rey
Bárbara Baratheon

SALIÓ APRESURADAMENTE A TOMAR EL TÉ CON LADY OLENNA, había estado tan emocionada por su futuro matrimonio con Rhaegar que estaba distraída. Tenía la cabeza en las nubes.

Tanto que tropezó con Brandon Stark y fueron a dar en el piso, él le dió una sonrisa filosa. Parecía nervioso, no sabía qué decir con exactitud.

Bárbara ladeó la cabeza en busca de una explicación.

—Necesito decirte algo.

—Bran, por favor, que sea rápido. —Se levantó después de sacudir la falda de su vestido y siguió caminando por los jardines—. Si llegó tarde allí estará lady Olenna dispuesta a molestarme con sus comentarios viperinos. Sí, creo que por eso le agrada tanto a Oberyn.

—Quiero que te cases conmigo, padre está de acuerdo y...

—Ara no se casará con nadie, Stark. —Siseó una voz rabiosa. Oberyn bajó de un brinco del árbol donde estaba—. No te la puedes llevar a vivir entre frío, nieve y hielo.

—Eso debe decidirlo ella. —Bran avanzó hacia el Martell con aire amenazante, demasiado valiente—, no tú, serpiente asquerosa y...

—¡Basta ya, Brandon Stark!—Ladró Bárbara metiéndose entre él y Oberyn. La Víbora Roja se echó a reír, recordaba que dijo Daeron; ya podía hacer lo que quisiera—. ¡Calla, Oberyn! No es gracioso...

—Si es gracioso, usa ese tono de voz que... Bien, me callo—Él guardo silencio aunque en el rostro del dorniense permanecía la sonrisa viperina—. Falta humor aquí, mucho... ¡Ay, Ara, amaneciste brava!... No me golpees.

«Debo casarme con Rhaegar, lo amo y él a mi. Esperó que a Oberyn no se le ocurra hacerle daño al enterarse de que nos casaremos. No, no lo hará. Si lo intenta lo mataran, además ser Arthur Dayne guarda al príncipe, mi amado príncipe...» Pensó Ara, exhaló.

No podía proteger a todos, no podía proteger a Oberyn por siempre. La guerra se acercaba al igual que el invierno como decían los Stark. Las lágrimas llenaron sus ojos y se las enjuagó antes que salieran, sin dar chance a ninguno de los dos hombres de decir nada se fue corriendo.

Se sentó frente a La Bóveda de las Doncellas, una larga torre tras el septo real donde se quedaban Lord Mace Tyrell y su seguito.

—¿Estás bien, Bárbara? — Susurró una vocecita que conocía bien.

Jaime Lannister le sonreía y la miraba con atención, parecía todo un león tras su presa, un cervatillo. Bárbara no lo notó.

—Lo estaré. —Prometió con la esperanza de que al casarse con Rhaegar las cosas se arreglaban, cálculo que aún tenía unos minutos antes de llegar completamente tarde a su encuentro con lady Olenna Tyrell.

El Lannister se inclinó para decirle algo al oído; pegó sus rosados labios en la oreja de Bárbara y ella se estremeció, pero los interrumpieron. Era La Araña, Bárbara se echó hacia atrás, lejos del joven, recordando que no debía estar tan cerca de alguien que no fuera su prometido.

Reconoció al eunuco regordete de complexión blanda y afeminada. Lo miró fijamente y se preguntó como caminaba sin emitir sonido ya que por eso los había sorprendido, se dió cuenta que usaba pantuflas.

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⏰ Last updated: Sep 11, 2022 ⏰

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Baratheon: Nuestra Es La Furia [Game Of Thrones]Where stories live. Discover now