Chica de Hielo

Hazme callar

Un año después

Narra Poché

Me despertaron voces desde el pasillo. Oh, a quién engaño, no dormí en toda la noche, estaba tan emocionada que no podía cerrar los ojos. Básicamente, no he dormido en toda la semana, pero no me importa.

Hoy es el día. Nos vamos a casar. Sí, las dos tenemos diecinueve años y nos vamos a casar. Tal vez seamos jóvenes, pero sé que esto es probablemente lo único que haré bien, además de estar con ella en primer lugar. Estoy súper nerviosa y emocionada y feliz de todas las cosas al mismo tiempo. Esto es como un sueño hecho realidad. Es agosto y gracias a Dios, no hace demasiado calor. El día es perfecto hoy, todo es lindo.

Estoy en la casa de mis padres, a punto de prepararme, mientras Calle está en la casa de sus padres. Nos vamos a casar en nuestra casa. En nuestro patio, todo está bien organizado, contratamos a un experto, solo espero que las decoraciones sean como lo planeamos.

Bien, entonces, ¿qué debo hacer primero? Supongo que levantarme y ducharme no es mala idea. Correcto. Estoy tan feliz, nada va a cambiar esto.

Pero antes de que pudiera salir de la cama Kim y Ana irrumpieron en mi habitación con caras serias. Uf, esto no es algo a lo que esté acostumbrada de ellas.

— ¿Qué pasa? — Pregunté mientras me levantaba de la cama, probablemente me dirán que me veo como una mierda en este momento o algunas cosas así.

Se miraron y Kim tragó saliva.

— Díselo — dijo, Ana la miró y negó con la cabeza.

— No, eres su mejor amiga, debería ser de quien ella lo escuche. — Ana dijo y empezaron a discutir quién debería decirme, bueno, lo que sea que tengan que decirme.

— ¡Cállense! — Dije y ambas se detuvieron, mirándose la una a la otra. — Kim, dime — dije y ella gimió.

— Bueno, eh, umm — murmuró.

— Escúpelo ya.

— ¡Ella se echó atrás! — Ana dijo de inmediato y gimió.

— ¿Quién se echó atrás? — Pregunté ya quitándome la camisa y vi a Ana tragando saliva así que se la tiré a la cara.

— ¡Tu novia idiota! — Dijo Kim y mi cabeza giró en su dirección.

— ¿QUÉ? — Pregunté, mi mandíbula estaba cayendo al suelo.

— Bueno, ¿ella se escapó...? — Ana dijo, más bien preguntado...

— ¿Qué quieres decir con que se escapó? — Empecé a pasear por mi habitación — Ayer estaba totalmente bien, estaba emocionada y feliz. Oh Dios, muévete, tengo que irme.

— ¿A dónde? — Kim preguntó y se paró frente a mí, bloqueando mi camino.

— A su casa para verla, duh — dije y ella negó con la cabeza.

— ¡No, Elena nos llamó hace unos minutos y dijo que no la pueden encontrar por ningún lado! ¡Ella no está allí!

— Bueno, claramente tengo que ir a buscarla, así que muévete ahora mismo — dije empujándolas.

Justo cuando salí, en el pasillo Sam apareció frente a mí.

— ¿Qué está pasando aquí? Podíamos escucharlas gritando abajo — dijo y movió las cejas.

— Voy a buscar a mi novia así que por favor, muévete.

— ¿Por qué?

— ¡Porque se escapó! Y ahora tengo que ir a buscarla. Así que por favor muévete o te obligaré físicamente.