Capítulo 3: Nadie dijo que sería fácil

3.5K 509 272
                                    

NOTA INICIAL: ¡Hola! No crean que había olvidado esta historia, no señor, lo que pasa es que tuve que reformulármela por completo... trabajo complicado jajaja pero al menos creo que quedó mejor (Ah! no hay ningún cambio en los capítulos 1-2, solo en beteo, puede leer este con confianza ;D)

──────♛♡♛──────

Jiang Cheng debería estar enojado.

Bueno, si lo estaba, como siempre desde que había sido obligado a ese matrimonio con el heredero de los dragones, así que cambiaría su oración...

Jiang Cheng debería estar MÁS enojado.

Pero para su propia sorpresa, no lo estaba. Solo... no sentía nada nuevo. Ni rabia, molestia o arrepentimiento de aceptar aquella estúpida idea del oráculo. Solo nada. Lo cual le desconcertaba, lo normal sería querer matar (como sería común) a aquel que una vez fue su shixiong, pero, no era el caso.

O sea, no todos los días te amarran, literalmente, a tu enemigo que también resulta ser tu esposo, con una cuerda invisible que no les permite separarse más de dos metros.

Debería estar furioso.

Pero no.

En el fondo se decía que era un mentiroso, pues si sentía algo, pero nada negativo. Esperanza era lo que tenía.

Anhelo de lograr mediante su unión con el dragón la paz en su reino, para las nuevas generaciones y, por qué no, un matrimonio más armonioso con Lan XiChen.

Mismo que, desde que Wei WuXian y su prometido se fueron, parecía más concentrado en sus pensamientos. Ignorando hasta las miradas conmocionadas de la servidumbre que apenas podía cerrar la boca al verlos estar tan juntos. Jiang Cheng bufó, quizás su esposo contemplaba lo mismo que él.

O planeaba usar la cuerda para ahorcarlo mientras dormía, lo cual también era una posibilidad.

Aquel pensamiento le trajo a la memoria sobre aquel efecto secundario de la cuerda; dormir juntos. Su ojo se crispó pensando en compartir la cama con su peor enemigo.

Sin embargo, también estaba nervioso y avergonzado. Sabía que no era la persona más quieta del mundo al momento de dormir, sabía que gruñía, atacaba, mordía, lamía y hasta ronroneaba mientras pernoctaba, y mostrar aquella parte vergonzosa suya a Lan XiChen le tenía ansioso.

Pensó en no dormir... riéndose a carcajadas de sí mismo ante esta idea, ¿Qué felino no dormía más horas de lo que estaba despierto?

–Maldición... – maldijo en un murmullo a su instinto animal.

–¿Pasó algo, A-Cheng? – por supuesto que el dragón pegado a él le escucharía.

–No me llames así... – gruñó, pero sin animosidad en su voz, haciendo sonreír a su esposo.

–Oh, pensé que habíamos acordado frente al Oráculo Wei de que te llamaría así y tú a mi "XiChen-ge" – se burló.

–¡No acordamos nada! Y sobre mi cadáver te llamaré de esa forma tan... tan...

–¿Tan qué, A-Cheng...?

–Íntima – se sonrojo.

Lan XiChen lo miró por lo que parecieron horas. Hasta que la risa explotó de sus labios. Haciendo que Jiang Cheng cada vez se sintiera más mortificado.

–¡N-no te rías! ¡Te romperé las piernas!

–A-Cheng, que me llames de esa forma no es intimo; soy mayor que tú, por lo que es educado. Sin embargo, si no quieres llamarme de esa forma, está bien. Solo espero que dejes de llamarme simplemente como "tú", "oye", o "esposo". Suena muy distante.

Una razón para la paz (XiChengFest2020)Where stories live. Discover now