Capítulo V: Estamos De Acuerdo Entonces.

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Una vez que se retiraron al interior, Lan QiRen escuchó atentamente a Lan Zhan y Wei Ying diciéndole lo que había sucedido en la cueva. Era obvio que los dos habían hablado con Lan Yi. Que su firma espiritual hubiera sobrevivido hasta ahora era asombroso, pero, de nuevo, había sido única, la primera y única mujer líder de su secta. Su mirada se desvió hacia XiChen, y al ver a su sobrino mayor asentir, se dio cuenta de que los dos jóvenes eran sinceros. XiChen también les creyó.

Sin embargo, Wei Ying todavía se negó a entregar el Hierro Yin, algo que lo frustró enormemente. ¿Quién se creía el joven que era, negándose así? Él era mayor que ellos en edad y experiencia, y deberían escucharlo. “Wei WuXian, el Hierro Yin es demasiado peligroso para llevarlo contigo. Dámelo y garantizaré su seguridad ".

Saber que Wei WuXian en realidad lo mantuvo oculto en su persona fue impactante, ya que el Hierro Yin era conocido por corromper a su dueño. A estas alturas, su influencia debería afectar a Wei Ying, pero el joven no actuó fuera de lugar. ¿Cómo podría ser tal cosa? El Hierro Yin estaba saciado de energía resentida y, por lo tanto, malvada.

Sin embargo, Wei Ying se negó y negó con la cabeza. No estaba entregando su premio tan fácilmente; quería algo a cambio. "Con el debido respeto, maestro Lan, pero primero le pido su palabra de que no volverá a castigar a Lan Zhan".

Iba a ceñirse a su demanda. Lan Zhan nunca había merecido ser golpeado tan severamente e iba a asegurarse de que nunca volviera a suceder. Si Lan QiRen quería el Hierro Yin, el hombre mayor tenía que reconocer y garantizar la seguridad de Lan Zhan.

“Wei Ying,” susurró WangJi, mientras vacilaba en hacer contacto visual. ¿Por qué Wei Ying insistía tanto en que Lan QiRen dejara de castigarlo? ¿Por qué era tan importante para él? Estaba acostumbrado y en estos días soportaba todo castigo con indiferencia. Podría manejar cualquier castigo que Lan QiRen le diera. "Mi tío tiene derecho a castigarme si rompo las reglas".

Y los había roto, su castigo había sido justo. El talismán de Wei Ying nunca lo había controlado. Se había rendido de buena gana. La expresión de Wei Ying lo tomó por sorpresa; aunque su esposo parecía decepcionado, parecía exasperado en su mayor parte. ¿Por qué?

“¡Nunca mereciste ser golpeado tan brutalmente! ¡No hiciste nada malo! ¡Te puse ese talismán en la espalda! No tenías más remedio que obedecer. En primer lugar, nunca debiste haber sido castigado ".

Wei Ying fue muy inflexible en este asunto; incluso si Lan Zhan había bebido voluntariamente la Sonrisa del Emperador, eso, y besarse, no justificaba ser golpeado trescientas veces. ¡Protegería a este idiota, que incluso le había rogado a Lan QiRen que aumentara su castigo! ¿Qué clase de loco hizo eso?

XiChen, al ver la expresión culpable en los ojos de su hermano menor, tuvo una idea bastante clara de lo que podría haber sucedido. WangJi no habría permitido que Wei Ying lo incapacitara de esa manera. WangJi había elegido actuar como si estuviera bajo la influencia del hechizo. Explicaría por qué su hermano se había visto tan miserable y había aceptado fácilmente su sentencia.

Lan QiRen se había dado cuenta de lo mismo durante mucho tiempo. Y sí, tal vez había sido demasiado duro al castigarlos, pero le había molestado que WangJi no hubiera sido honesto con él. Su sobrino le había mentido. ¿Qué había ocurrido entre los dos hombres para que WangJi prefiriera mentirle que revelarle la verdad?

En lo que respecta a Wei WuXian, ese niño había sido atrapado en la reacción violenta de la molestia de Lan QiRen con la madre del joven, y todavía recordaba vívidamente que ella le coloreó la barba de verde antes de intentar cortársela unos días después. Tal vez había desahogado su frustración en Wei Ying, pero eso fue en el pasado.

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