Alyssa

07 | Do we have to come save your life?

[ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘀𝗶𝗲𝘁𝗲 ]
¿𝘵𝘦𝘯𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘷𝘦𝘯𝘪𝘳 𝘢 𝘴𝘢𝘭𝘷𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢?

      SUSPIRA PESADAMENTE acomodando un mechón de cabello tras su oreja, sujetando con la otra mano su teléfono mientras analizaba con atención las hojas que se encontraban en sus manos.

—No espera—tona el móvil en altavoz dejándolo sobre la mesa— el número diecinueve es incorrecto, ¿Por qué Sebastián recibirá más dinero que  Jiram? Corrige las cifras, deben recibir lo mismo, disminuye la cantidad, por favor— escucha la confirmación de parte de su ayudante—¿Elian, Sabes dónde se encuentra Klaus?

—No su majestad, ha pasado todo el día con el príncipe Oliver desconozco su ubicación, lo siento mucho.

—No hay problema— cierta desilusión se hizo presente en su voz, volteando hacia atrás al escucharlo caminar hacia ella—Bien Elian, debo revisar con detenimiento a los demás, te llamaré más tarde en cuanto termine.

—Con gusto, ¿Algo más que pueda hacer por usted majestad?

—Es todo Elian, agradezco tu apoyo.

   De despide y deja el teléfono a su lado sobre la mesa, haciendo algunas anotaciones rápidas en su libreta antes de ser interrupida.

—¿Interrumpo?—la voz de su hermano mayor se hace presente en la entrada al roof garden, apoyándose en el marco de la puerta.

   Guarda los papeles en su folder y se recarga en el sillón, dando autorización al vampiro de acercarse y tomar asiento frente a ella, con una pequeña sonrisa.

—Aly...

— Lo siento por lo de ayer—se adelanta a decir—debí esperar a que tú novia se vaya.

— Eres intimidante para ella, y a la vez te admira demasiado.

— ¿Qué es lo que quieres, Edward?—suspira pesadamente, sabía perfectamente a dónde iba la conversación.

— Principalmente que dejes de mirarme como si quisieras matarme cada cinco minutos.

— No, pasará un tiempo para que deje de hacerlo—sonrie— ¿Algo más?

—¿Puedes darle una oportunidad a Bella?

—Dios mío—cruza sus brazos.

—Escucha Aly, sé muy bien que Bella no te agrada en lo absoluto y lo entiendo, ella no es la clase de personas con la que sueles tratar, ni siquiera nosotros somos dignos de tu tiempo—se señala a si mismo— pero inténtalo, por favor, es una buena persona

— De eso no tengo duda.

— Para perdonarte a los minutos sin tortura, claro que es buena persona.