Capítulo III

33.7K 3.2K 921
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



⊱⋅ ────── ❴ • ✿ • ❵ ────── ⋅⊰

Así que se miraron, se amaron; así que se amaron, suspiraron;

⊱⋅ ────── ❴ • ✿ • ❵ ────── ⋅⊰




JACOB BLACK

El aire se me escapó de los pulmones.

Todo lo que podía hacer en ese momento era mirar a los ojos verdes de Ada y sentir que era ella la que me complementaba en la tierra. Que el motivo de todo en mi vida, hasta aquel momento, fuera Ada.

Ada. mi mejor amiga de la infancia, la chica que jugaba conmigo de niña. La chica que se me declaró cuando teníamos trece años, y que aceptó el rechazo con la cabeza erguida y aún me llamó cabezota.

Ada

Mi corazón estaba descompasado y no sabía qué hacer - como si hubiera perdido todo el control de mi cuerpo, y la única acción aceptada fuera abrazarla. Presionándome como si nunca pudiera soltarla.

—Padrino, creo que Jake le está pasando algo! -—su voz preocupada me sacó del sopor, haciendo que todo mi cuerpo se estremezca, letárgico.

Por supuesto, papá no respondió. Sus ojos estaban fijos en mí, con una enorme sonrisa y, probablemente, imaginando un futuro por delante.

Esa mirada era lo que necesitaba para despertarme. La palabra mágica, el motivo de toda esa confusión, estampada tanto en mi rostro como en el de Billy - imprimación. Podía sentir las ataduras de esa magia  Quileute sujetándome a Ada con cables de hierro, imposibles de romper.

Pero tenía un problema.

Mi lado racional, que poco a poco conseguía el control, no paraba de repetir aquello, frotando la verdad en mi cara.

Era la hermana equivocada

Era Ada, no Bella. Bella, mi enamoramiento de la infancia. La mujer de mi vida.

— ¿Jake? ¿Estás bien? — preguntó Ada, dando un paso adelante, pero todo lo que pude hacer fue retroceder. Luchando contra mi cuerpo, contra el lobo. Alejándome en vez de acercarme, como él pedía.

La hermana equivocada

Le di la espalda, incapaz de responder en ese momento. Quería paz. Correr lejos. Y eso fue lo que hice. Corrí al bosque, no me importaba quitarme la ropa - los pantalones gastados solo se rompieron cuando me convertí.

𝐄𝐕𝐀𝐍𝐄𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓, JACOB BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora