Capítulo XIII

30.1K 3K 381
                                    


⊱⋅ ────── ❴ • ✿ • ❵ ────── ⋅⊰

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⊱⋅ ────── ❴ • ✿ • ❵ ────── ⋅⊰

La verdadera familia es aquella unida por el espíritu y no por la sangre.

⊱⋅ ────── ❴ • ✿ • ❵ ────── ⋅⊰


Abro los ojos, mirando confundida a la habitación a mi alrededor. Mi cabeza está aturdida, y mi cuerpo entero me duele como si hubiera estado acostada mucho tiempo. Trato de reconocer la habitación que estaba, era estrecha, pero ordenada. Tenía un armario pequeño y una cómoda al lado de la cama individual en la que estaba acostada.

Respiro hondo, tomando todos los olores en el aire para ubicarme. El fuerte olor de Jacob estaba presente en cada rincón de aquella habitación y abrí los ojos, recordando todo lo que había ocurrido antes de que yo... me desmayara.

Yo había... Dios mío. Cubro mi rostro con mis manos, recordando las palabras crueles que había pronunciado para Bella. Me encojo cada vez que los recuerdos se vuelven más claros. Había perdido el control y casi atacado a Bella, si no fuera porque Jacob llegó en el momento exacto...

Y, además, como si ya no fuera suficiente, tuvo la pelea con Jacob y la avalancha de sentimientos, terminando con nosotros dos desnudos y abrazados en medio del bosque.

Mis mejillas se calentaron y estaba segura de que me había sonrojado. Balanceo la cabeza, dejando ir aquellos pensamientos y empujo la sábana que me cubría hacia un lado, levantándome de la cama, mis pasos son vacilantes y, cuando me miro en el espejo del armario, me llevo un susto.

La persona que me miraba por el reflejo era una versión... actualizada de mí misma.

Brote de crecimiento: eso era lo único que podía usar para empezar a explicar lo que veía en el reflejo del espejo. Mi rostro parecía más marcado, así como algunos músculos en mis brazos llamaban la atención. Levanté la camiseta ancha y vieja, viendo que los gorditos que tenía allí habían desaparecido completamente. ¡Y yo podía jurar que estaba más alta!

Yo parecía mayor. Me veía de unos veinte años, por lo menos. No  de mis dieciséis. Moje mis los labios, mirando la imagen en el espejo y tratando de comprender lo que estaba sucediendo, cuando la voz de Sam aparece en mi cabeza, un recuerdo de hace dos días - o lo que yo pensaba que era hace dos días.

Después de la transformación, tu cuerpo se transmutará para que se vea más como una guerrera. Se volverá más fuerte, más alto: te verás más mayor. Mira lo que les pasó a los chicos.

Levanto los hombros, parando de mirar mi reflejo y decido salir del cuarto, la ceja curvada en confusión mientras buscaba a alguien en la casa pequeña. Pero ya sabía que no había nadie allí: no había oído ni las voces, ni los corazones latiendo. Busqué un teléfono, encontré uno en la pared cerca de la cocina. Necesitaba llamar a Bella, pedirle que viniera a verme. Tenía que pedirle disculpas.

𝐄𝐕𝐀𝐍𝐄𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓, JACOB BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora