Capítulo XXXVII

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De repente, no es la gravedad lo que te mantiene en la tierra. Es ella. Nada más importa.

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— Les pedí a Jess y a Angela que vinieran, ¿de acuerdo?—  Bella pregunta, tirando la bolsa de papitas en la bandeja. Teníamos un total de seis bandejas llenas de bocadillos variados, así como una nevera llena de cerveza y luego las chicas de la reserva traerían las otras bebidas.

Tiré unas almohadas al suelo, junto a algunos edredones y mantas para las humanas normales que sentían frío.

—Bien.

Oigo pasos acercarse a la entrada de la casa y siento el olor característico de Leah, Kim, Emily y Rachel. No pasa mucho tiempo antes de que alguien golpee la puerta y grite "Entra". Mi compañera de manada pronto entra, con un ceño más grande que no sé qué, siendo seguida por las otras chicas.

— Hey, Ada!  —la primera en saludarme es Rachel, arrojando su bolso sobre el sofá y viniendo a mí para abrazarme.  —¿Cómo estás, cariño?

—Bien ¿y tú?

— ¡Bien también!  —Nos separamos y luego abrazo a Leah rápidamente, yendo hacia Emily y luego hacia Kim, que ya estaba atacando una de las bandejas de snacks.  —Compré el DVD y ahora sólo hay que ponerlo para ver y babear por hombres calientes haciendo lap dance.

— Traje lo más especial de la noche— Kim habló levantando una botella de vidrio.  —¡Una bebida especial, hecha por la tribu, que puede volver locas a las lobitas!

Casi lloro cuando dice eso. La abrazo de nuevo, agradeciéndole, ya que pensaba que al final seríamos yo y Leah sobrias en medio de un montón de humanas borrachas.

— Voy a necesitarlo— Leah dice, dando un breve vistazo a Emily y toma la botella de la mano de Kim, sacando el corcho, mientras da un largo trago. Al final, ella hace una mueca y abre los ojos.  —¡Maldición, esto es fuerte!

Me río, me separo de Kim y voy hacia ella, levantando la ceja en desafío.

 —Tú que eres débil, dame eso —Tomo la botella de sus manos y doy un largo trago igual que Leah.

¡Mierda! Siento el líquido bajando por mi garganta, calentando todo por dentro y haciendo girar mi cabeza. Emily, Leah, Kim, Bella y Rachel se ríen de mi mueca, y antes de que cualquiera de ellas pudiera quitármela, alguien llama a la puerta.

Bella abrió, saludando a Angela y a Jessica. Jess comienza a hablar, mientras se quita el abrigo y lo coloca en el perchero junto a los demás, mientras Angela saca algunos dulces caseros de dentro de una bolsa térmica, disculpándose por no haber podido traer bebidas, ya que su padre era el reverendo de la ciudad y prohibía a Angela beber cualquier cosa alcohólica.

𝐄𝐕𝐀𝐍𝐄𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓, JACOB BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora