𝐭𝐰𝐨. gabriel valack

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CHAPTER TWOgabriel valack

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CHAPTER TWO
gabriel valack


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        ILLA NUNCA LE HA DICHO A NADIE LO QUE VE CUANDO MIRA LA CARA DE UNA PERSONA,
y no piensa hacerlo. Pero todavía insisten en intentarlo cuando tiene una sesión con la señorita Morrell una vez al mes.

Illa odia estas sesiones. Odia que la señorita Morrell sepa exactamente qué decir para escarbar bajo su piel, para traer las imágenes de vuelta a su mente como un espectáculo de horror. Odia lo tranquila e impasible que parece, pero su voz es como el filo de una espada. Ella lo odia. Las sesiones le pican la piel hasta que quiere arrancársela.

—Illa—, dice la señorita Morrell con su voz enfermizamente dulce. Su cabello sedoso se desliza sobre un hombro mientras se inclina hacia adelante, con los codos descansando sobre la mesa entre ellos.—Mira al guardia junto a la puerta y dime lo que ves.

Illa tiene los ojos cerrados de nuevo y no planea abrirlos pronto. Sus sesiones suelen durar unos cuarenta y cinco minutos en una habitación anodina que está cerrada desde el exterior. A veces, en días muy malos, se pregunta si puede dejar inconscientes tanto al guardia como a su consejero sin que nadie del otro lado lo sepa.

—No puedo— susurra débilmente.

—Illa,—vuelve a decir la señorita Morrell, haciendo que la niña rechine los dientes hasta el punto de que le duelan las muelas. Odia que la psicóloga pronuncie su nombre como si fuera una niña castigada.—Es importante para tu salud mental.

—Ya me estoy volviendo loca—, responde la adolescente con una risa sarcástica. Ella lo es y lo sabe.—¿Cuál es el punto de-

—El punto es que creemos que podrías sentirte mejor si alguien supiera lo que estás viendo.

—No.—Illa niega con la cabeza.—No, no puedo contárselo a nadie. No puedo meterme con el destino. Y si le digo a alguien, querrá hacer algo, pero tienes que dejar que siga su curso.

—Illa-

—¡No!—Illa finalmente se levanta y se pone de pie tan rápido que su silla se desliza hacia atrás en el piso de baldosas. Ella golpea con los puños la mesa entre ellos y hace todo lo posible por no llorar. Sus ojos llorosos se clavaron en los de la señorita Morrell. Los fragmentos la atacan de nuevo, forzando su camino hacia sus retinas, pero ella no parpadea.—¡No! No haré lo que dices, ¡no puedo! ¿Por qué no lo entiendes? ¿Por qué?

El guardia de la puerta la agarra por la cintura y comienza a salir de la habitación, después de haber presionado el botón en la pared para notificar a la gente de afuera que es hora de dejarlos salir. Illa se agita y patea en sus fornidos brazos. Quiere gritar y gritarle a la señorita Morrell hasta que finalmente comprenda cómo se siente tener todos los secretos del mundo, pero nunca poder decirlos.

✔ 𝐂𝐇𝐀𝐎𝐒 𝐓𝐇𝐄𝐎𝐑𝐘 ─── teen wolfWhere stories live. Discover now