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La mente de Rachel había estado dando vueltas durante la última semana. No podía deshacerse de la culpa que sentía. Había destruido su vida, la vida de sus hijos, la vida de Elizabeth, la vida de su hijo y muchos otros. Él fue el responsable de tanto dolor y pérdida. Él hizo esto. No podía apartar los pensamientos de su mente, no importaba cuánto lo intentara. Se guardó los pensamientos para sí mismo, pero Scotti sabía que algo estaba pasando. La conducta de Rachel habia cambiado por completo. Caminaba desplomado, su arreglo era cuestionable en el mejor de los casos. Se retiró para apenas volver a hablar. Un paso hacia adelante, dos hacia atrás. Scotti suspiró para sí mismo, resolviendo llegar al fondo de todo.
—Oye —el castaño se acercó a Rachel—. ¿Te estás preparando para la reunión?
Negó con la cabeza:—No —suspiró profundamente—. No, no creo que vaya a ir.
Scotti se preocupó más.
—¿Por qué no? Parecía estar ayudando.
—¡Porque! —gritó, alejándose del guitarrista y paseando por la habitación. Se agarró la cabeza y luego se echó el pelo hacia atrás con rudeza—. Porque, hice esto... —dijo, mirando a Scotti, señalándose a sí mismo con el dedo—. Yo causé esto. Yo estaba conduciendo. Yo causé el accidente. Y me duele. No puedo volver allí, viendo cómo le está afectando. No puedo mirarla a los ojos y ella no me deja disculparme...
—Viejo, detente. Detente un minuto, ¿de acuerdo? —colocó un firme agarre sobre el hombro del pelinegro, tratando de hacer entender su punto—. Esto no es culpa tuya. Fue un accidente —Rachel estaba callado y no quiso mirarlo—. No puedes rendirte. Siempre sigue luchando. ¿Recuerdas?
Scotti prácticamente suplicaba a su amigo. Necesitaba superar esto, ir a terapia, procesar y seguir adelante. No estaba presionando una línea de tiempo, pero necesitaba seguir avanzando, no hacia atrás.
Scotti quitó su mano, ahora cruzando sus brazos.
—Hablé con los chicos y Doc —comenzó, Rachel mostró poco interés—. Tienes que ir. Doc decidió que grabaramos el cover antes de sacar el segundo album —miró a Scotti, claramente confundido—. De esta manera puedes tomarte un descanso, tomarte el tiempo que necesites para concentrarte en ti y nada más.
Rachel asintió con la cabeza.
—¿Cuándo? —susurró. Estaba demasiado destrozado para hablar tanto.
—En dos días. Volaremos, lo grabaremos y luego podrás volver aquí —Scotti hizo una pausa para evaluar su reacción—. De esta manera, tampoco se perderá la terapia.
—No quiero... —el pelinegro desvió la mirada, gruñendo con los dientes apretados.
—No te pregunté si querías —dijo su amigo con firmeza, pero con amabilidad—. No voy a dejar que caigas en esta depresión. Necesitas ayuda y ahora mismo creo que este grupo es lo mejor para ti.
