Primera impresión

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ᴋʀᴇʟ

Abrí mis ojos lentamente y estiré mi mano para ver el reloj de mi muñeca, faltaban exactamente dos minutos treinta segundos y diez milisegundos para que Easy Peasy me aturdiera. Quite el cabello de Aja de mi cara y me senté en la cama para desactivar la alarma antes de que sonara.

— Aja... despierta, tenemos que ir a la escuela.— Susurré moviendo suavemente su hombro para despertala.

Aja no tenía el sueño pesado, pero debía despertarla con calma, la ultima vez que la había despertado ella se asustó tanto que me golpeo en la cara, la marca duró ocho días.

— Mi alarma no sonó, despertaré cuando suene.— Aja habló acurrucado se aún más.

— No sonará, la apagué.— Sonreí victorioso.

— No me moveré de la cama hasta que pongas mi canción.— Abrazó la almohada tapándose el rostro.

— Aja levanta tu trasero y sal de la cama o te obligaré a hacerlo.—

— ¡Quiero ver que lo intentes!—

— ¡Bien! mue-ve-te.— Empujé a Aja hasta tirarla de la cama. — ¡Ja! yo gano.—

— Ganar una batalla no te hace vencedor de la guerra.— Me arrojó la almohada que tenía en las manos.

— Ñiñiñi.— Bromeé con un tono aniñado en mi voz.

Salí del cuarto de Aja para dejar que se arreglara y yo fui al mío a hacer lo mismo, minutos después ya estábamos desayunado.

— Que hagas panqueques cada mañana me alegra el día.— Sonreí y besé la mejilla de tía Lucy.

— Ustedes alegran mi vida.— Tía Lucy sonrió para luego dejar un beso en mi frente y luego en la frente de Aja.

Según Varvatos, Lucy y Ricky habían tenido un hijo, pero les había sido arrebatado.
Ricky era un Tarron, habían arreglado su casamiento con una princesa, pero decidió escapar con la mujer que él amaba, Lucy.
Cuando la guardia real los encontró los entregaron al rey, que como castigo por desobedecer sus órdenes mato a su bebé, despojó a Ricky de su título de príncipe y de su apellido. Abandonaron Cantalupia y se mudaron a Arcadia en donde se autonombraron como "Ricky y Lucy Blanco".

Era una historia de amor muy hermosa y triste, pensaba que no pero, nuestros tíos podían entender nuestro dolor, porque ellos también habían perdido a alguien, alguien que era su mundo.
...

Luego del desayuno Aja y yo nos fuimos a la escuela.
Mientras caminaba tenía esa extraña sensación de ser observado, cosa que era ilógica ¿Quien perseguiría a alguien en una calle concurrida a plena luz del día? Oí unos pasos detrás de nosotros y mi cuerpo se tensó.

— ¿Que ocurre hermanito?—

— Aja, creo que alguien está siguiendonos.— Susurré y Aja se volteo sin pensar en que ¡tal vez! había un asesino detrás de nosotros. — ¿Que estás haciendo?—

— Krel, no creo que Eli tenga intenciones de matarnos.—

— Yo no estaría tan seguro.— Eli comenzó a caminar a mi lado, lo mire entrecerrando mis ojos, aún no confiaba en él, Eli era un chico muy curioso y eso me ponía nervioso.

Entramos a la escuela mientras respondíamos varias preguntas que Eli hacia.

— ¿Por qué pensaban que iba a matarlos? Krel tu pensaste que era un espía y casi rompes mi brazo ¿A caso alguien los está persiguiendo? ¿Son testigos protegidos?— Eli se acomodó los lentes mientras esperaba una respuesta.

Mary WangWhere stories live. Discover now