Capítulo 4

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Zee estaba en la cocina con el Beta Luke vio que Patrick salía de su habitación. Giró su atención hacia el hombre que tenía la espalda apoyada contra una silla de la cocina, le enseñó los dientes y volvió

a gruñir.

—Mantente alejado de Saint —dijo entre los dientes apretados.

—¿Por qué demonios iba a hacerlo? Es lindo y está disponible. —Luke metió las manos en los bolsillos de sus pantalones vaqueros, poniendo a la vista de Zee el considerable bulto que escondía en su interior. Zee retiró la mirada del sonriente Beta y volvió a gruñir. Parecía estar haciéndolo un montón de veces últimamente, debía estar aterrorizando a todo el que lo viera.

—No está disponible. —Zee sabía que era mentira tan pronto como las palabras salieron de su boca, pero no podía tragárselas. Luke solo continuó mirándolo inquisitivamente.

—¿En serio? Porque según el hombre en cuestión, está disponible.

—Bueno, no lo está. Así que mantén tu polla en los pantalones mientras estemos aquí. —Con eso, Zee salió de la cocina y se dirigió a su habitación. Antes de poder llegar, la visión más hermosa que había visto salió del cuarto de baño en medio de una nube de vapor.

Zee tuvo que tragar saliva para evitar pararse y decirle a la visión lo que pensaba. Saint se quedó inmóvil, con el pecho desnudo y ligeramente húmedo de la ducha, su piel dorada resplandecía con la luz baja del pasillo. Zee pasó los ojos por el suave rastro de pelo castaño que iba desde el vientre hacia la toalla envuelta precariamente en su cintura.

Dio un involuntario paso hacia adelante, pero cuando se dio cuenta de lo que había hecho, retiró los ojos de su compañero y se refugió en su habitación.

Zee se recostó contra la puerta haciendo que se cerrara de golpe tras él. Su pecho jadeaba, su polla estaba dura y empujaba contra los confines de su pantalón.


Abrió su botón y tiró de la bragueta hacia abajo. La mano de Zee se sumergió en su ropa interior y sacó su dolorida longitud, bombeándola con furia. Imágenes de su pareja casi desnuda jugaban en su mente como si se estuvieran repitiendo a cámara lenta. Una media docena de golpes después, Zee aulló cuando su orgasmo lo golpeó y su polla estalló con cuerdas de color blanco perla que se estrellaron contra su pecho y su mano.

Las piernas de Zee cedieron y se desplomó en el suelo debajo de él, de nuevo todavía duro frente a la puerta. ¿Cómo diablos se suponía que iba a durar una semana con su compañero si el hombre le enviaba ese tipo de reacción a su cuerpo? ¿A quién quería engañar? Tendría suerte si duraba un día más.

Luke sonrío mientras veía al alto Beta irse a la habitación. Había sabido que los dos hombres eran compañeros al segundo de conocerlos. Era un regalo de nacimiento, podía reconocer una pareja después de ver a ambos. No sabía por qué Zee y Saint aún no se habían acoplado, pero tenía la intención de hacer todo lo posible para rectificar esa situación.

Si encima molestaba al Beta con su supuesto interés en Saint, entonces mejor. Iba a ser sin duda una semana interesante.

Compañero Olvidado ( Libro 4 )Where stories live. Discover now