Chanel

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Lucho con toda sus fuerzas para que sus pies entraran en sus bonitas botas chanel que recién  había comprado, sin probárselas porque ya sabía que le quedarían perfectas y se había equivocado. 

Sus piecitos se habían hinchado de nuevo. 

Infló sus mejillas molesto, su seria mirada recorrió la gran habitación, uno de los hombres que se encontraba cuidando la entrada desvió la mirada y se quedo quieto, tal vez pensaba que si respiraba o se movía un milímetro seria torturado por su dulce ser. 

Ha, por hoy no lo molestaría.  

Se río para sus adentros cunado el gran y alto hombre se movió sigilosamente para escapar. 

Una pequeña sonrisa adorno sus rojos labios al ver a su Agust bebé sentado en el sillón individual, oh, pero si el culpable de su estado y de que sus bonitas botas de tacón no le quedaran. 

-Agust -él seguía revisando un par de papeles sin prestarle atención a la razón de su existencia -¡Agust, el bebé!

El rubio se levantó rápido de su lugar dejando los papeles regados por doquier, todo para llegar a lado. 

-¿Qué pasa? ¿estás bien? -sonaba tan preocupado que era adorable. 

-Si -se recostó en el largo sillón mientras acariciaba su pancita. 

-¿Llamo al medico o mejor vamos al hospital? 

-No pero... -movió su pierna tanto como le era posible y puso su piecito frente al rostro de Agust -mis piecitos se hincharon de nuevo y quiero un masaje. 

-Llamaré a alguien para... -y antes de que se alejara de su lado lo tomo por el cuello de su playera blanca, sus miradas se conectaron por unos segundos -o puedo hacerlo yo, dulzura. 

-Si eso pensé -dejo caer su embarazado cuerpo de nuevo al sillón. Observó a Agust quitarse su abrigo para dejarse caer de mala gana en la alfombra -y con cremita, cremita de almendras, Agust bebé. 

-Si. 

 

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Dki [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora