Capítulo 23

1.9K 235 56
                                    

Narra Nashira:

Estaba todo tan claro, había sido una maldita crédula ¿Qué podía esperar? Llevabamos eones separadas, era tan obvio y yo tan torpe al no percatarme antes.

Me pilló de sorpresa, ni siquiera había tenido en cuenta una posibilidad así. Una hija.... Lilith era madre junto a mi hermano. Tampoco podía haberlo evitado.

Ahora que lo pienso, debí dejarla hablar, debí pararme a escucharla en lugar de correr, pero mis piernas se movían en mi lugar y mi pecho estrujaba mi corazón sin remordimiento.

-¿Adonde se supone que iba a ir? Menuda idiota.-me quejé levantando la cabeza para mirar aquel lugar desolado. Tenía que volver al castillo y aceptarlo. No se puede amar a un muerto, hasta yo puedo comprenderlo.

Debía afrontar esto sin mirar atrás. Había sido completamente egoísta al pensar en una posibilidad. En una tan remota como para que ambas vivieramos como antes. Jamás volverían esos tiempos que tanto añoraba, nunca más.

Volví a tocar mi espalda por instinto, un recuerdo tan doloroso como todos los que llegaron después, eso junto a una única esperanza. Renuncié a lo que era y defendí mis propios ideales frente a un dictador por quien amaba. Y no me arrepentía de ello.

Por lo menos ella es feliz ahora.-pensé.

Me levanté y volví sobre mis pasos. Tenía que hablar con ellos de esto y de lo que sería de mi a partir de ahora.

***

Caminé por aquellos largos pasillos a los que aún no era capaz de acostumbrarme en busca de aquellos dos que tanto conocía. Abrí las puertas de la sala viendo un par de figuras con cabellera rubia. Lilith me miró y corrió hacia mi para abrazarme.

-¡Creí que te había pasado algo! ¡Lo siento Nashira! -apretó su agarre. No tenía palabras ni sabía como actuar, simplemente palmee su espalda y la aparté para que me mirara mientras sonreía.

Una sonrisa que me estaba partiendo por dentro.

-Esta bien, Lil. Tranquila.

Me miró desconcertada separándose de mi. Luzbel me observaba de la misma manera.

-Lamento mucho mi comportamiento anterior, fue muy infantil por mi parte.-me incliné un poco mostrando respeto a lo que él levantó las manos rapidamente.

-¡No es necesario eso! -carraspeó dejando que la seriedad volviera a él-. Deberíamos hablar de esto. Lilith puede llegar a ser muy directa a veces.

-Para nada, esta bien. No hay problema con esto, de veras. Solo fue... Una gran sorpresa para mi, es todo.-dije mientras me acercaba a él viendo como Lilith se colocaba a su lado.

-No esta bien Nash, sé que no es así.-levanté mi mano haciendo que parará.

-No os preocupéis por eso ahora. Me alegro de que hayas vuelto a vivir Lilith. Ahora tienes la libertad que realmente buscabas. Lo he estado pensando y... Fui muy egoísta contigo en aquella época e incluso ahora. Lamento eso, pero ahora puedes vivir como querías.-volví a sonreír. Sabía que llamarla directamente por su nombre la sorprendía, pero era lo mejor ahora. Por mucho que fuera mi Lilium, debía respetar su decisión con mi hermano.

-No lo fuiste Nashira, yo fui quien...

-No quiero que te culpes de nada Lilith. No puedes seguir amando a un muerto.-sentencié.

Luzbel nos miró a ambas y suspiró, parecía agotado.

-Lil, será mejor que descanses un rato.-ambas entendimos la indirecta para que ella se retirara-. Manzanita yo...-negué con la cabeza.

-Te pedí que la protegieras y cuidaras en mi lugar.-sentí esas gotas calientes bajar por mis mejillas-. Te doy las gracias por eso, Luzbel. Lo hiciste mejor de lo que yo misma habría podido.-sus brazos me rodearon con fuerza, hacía tanto tiempo que no recibía algo así por su parte.

-La última vez que te vi también fue así. En esta misma postura, con una misma sentencia.-acarició mi cabeza como un cachorro y me miró comprensivo-. Ahora puedo entender perfectamente como te sentías.

-Es raro ¿Verdad? Nunca fuiste el mejor para esto.-reí un poco separándome de él-. Sabes, prefiero mil veces que este contigo a que se hubiera ido con cualquier otro demonio de este infierno.-escupí con resentimiento.

-Sigues siendo igual acerca de ellos, es mi reino, no seas así.

-No puedo evitarlo, causaron mucho daño en el pasado.-me crucé de brazos pensando-. Hermano, lo mejor es que me vaya.-su cuerpo se tensó-. Jofiel lo dijo, mi tiempo aquí es limitado. Y... No voy a meterme en esto, no ahora. Te pediría que me dejaras unos días más aquí para saber que hacer y decidir cual será mi próximo destino, pero lo mejor es abandonar el castillo y dejaros a ambos cuanto antes.

-No digas estupideces, tú no eres así. Lilith nunca dejó de pensar en ti.

-Pero te ama Luzbel y eso es algo que no puedo cambiar.-agaché la cabeza-. No debí regresar o mejor dicho... Debí haber desaparecido aquel día.-le miré mientras soltaba aquellas palabras con total sinceridad-. Ese debió ser mi final.

Un golpe fuerte me sacó de mis pensamientos. Mi hermano había golpeado un mueble partiendolo por la mitad mientras su brazo seguía tembloroso.

-No te atrevas a decir eso otra vez.-su voz cambió por unos momentos-. No sabes... Lo que sufrí, lo que sufrimos al creer que no volveríamos a verte jamás.

-No he provocado más que discordia, problemas entre los reinos e incluso casi rompo vuestro vínculo ¿Cómo pretendes que me sienta? -suspiré-. Comprendeme hermano, mi decisión y mi camino ahora serán marcharme.

-¿Aunque eso conlleve alejarte de nosotros?

-.....-asentí-. No pertenezco a ningún lugar ahora. Vine al infierno sin más creyendo en...-calle antes de decirlo-. En algo. Ni siquiera tuve un plan. Decidire en donde quedarme en estos días, después me marcharé.

-Sabes que siempre respetaré todas y cada una de tus decisiones, manzanita. Pero, me gustaría que trataras de hablar con Lilith. Ella también lo pasa mal con esto.

-Tratare de hacerlo antes de tomar una decisión.

***

Narrador omnisciente:

De lo que ninguno se percató fue de que la reina lo había escuchado todo. Su corazón se encogía con cada palabra que ella soltaba, con lo que había provocado al sincerarse. Pero los arcángeles tenían razón en algo.

Sigue teniendo la pureza de un ángel.

Y lo había demostrado ahora mirando por su bienestar antes que el suyo propio. Tenía que hacer algo, detenerla de alguna forma.

-Quedarse.-susurró para si misma haciendo llegar varias ideas a su mente. Puede que consiguiera eso, solo debía convencerla.

Y así no la perdería después de lo que la había costado volver a verla.

Nuestro edén (Lilith y tu)Where stories live. Discover now