Capítulo 6

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Narra Nashira:

Nos habían reunido. A todos los ángeles del cielo. Desconocía el porque de ello. Padre no suele hacer este tipo de reuniones, a menos de que sea de vital importancia.

-¿Qué creéis que será?

-Debe de ser algo muy importante viniendo de padre.

Esos y más murmullos eran los que se escuchaban por la sala. Parecía ser que no era la única intrigada. Mis hermanos se mantenían serios alejados del resto esperando la llegada de padre. Puede que ellos ya lo supieran, después de todo son su guardia personal.

Al poco tiempo, vimos a Luzbel aparecer de la nada para que a su lado llegara él. La sala se silenció por completo. Nadie se atrevía a hablar.

El hombre adulto de dorados cabellos  comenzó a hablar.

-Hola mis queridos hijos. Siento haber tenido que sacaros de vuestras actividades, pero he creído mejor informaros de esto. Todos y cada uno de vosotros conocéis el último proyecto en el que hemos estado trabajando. El de los humanos. Nuestras intenciones siempre han sido buenas en cuanto a ellos se trataba, pero hubo alguien que decidió no aceptarlas. La primera humana, cuyo nombre es Lilith, desapareció hace ya unos cuantos meses para no regresar al paraiso.

Todos exclamaron sorprendidos... Todos menos yo... No quería escuchar sus siguientes palabras, no si eran lo que me temía.

-En vista de su incansable afán por herir a los que han intentado traerla de vuelta, me veo obligado a tomar una decisión. A partir de ahora, cualquiera que vea a esa humana, tendrá la orden de traerla ante mi.

-¿De qué servirá eso si se va?- preguntó uno de los ángeles cercanos a mi.

-Porque he decidido que debe de ser erradicada de la misma forma que fue creada.

Erradicada.

Tenía miedo. Ahora, ella no estaría a salvo.

Padre no me dio ninguna orden de llevarte con él. Por eso no tengo porque hacerlo.

Pero ahora si la tenía.

¡No! ¡No puedo! No puedo hacerle eso a Lilith... Pero, si padre se enterara... Todo lo que he hecho no servirá de nada.

Tengo que hablar con él. Que cambie de opinión.

-Eso sería todo hijos mios. Volved a vuestras labores y recordad lo que os he dicho.

Todos fueron saliendo de la sala, incluido él.

No puedo dejar esto así.

Narrador omnisciente:

-¡Padre!

Dios detuvo su caminar por aquel pasillo mirando hacia el lugar de donde provenía esa voz.

-¿Qué ocurre, mi pequeña?- dijo con una sonrisa cálida mirando al ángel.

-Necesito hablar contigo, si no es molestia.

-¡Por supuesto que no! Ven conmigo. Hay lugares mejores que este para hablar.

Ambos caminaron hacia los jardines celestiales. Unos apartados de los del Edén.

-¿Y bien?

-Es sobre la humana.... ¿Por qué quieres hacerle eso?

-¿Um? No me esperaba esa pregunta viniendo de ti.

-Es solo... Que no lo comprendo.

Nuestro edén (Lilith y tu)Where stories live. Discover now