Nuestro edén (Lilith y tu)

Capítulo 10

Narrador omnisciente:

Apenas y pasaron un par de días del incidente. Lilith estaba más tranquila con eso. Y Nashira solo podía pensar en como frenar a las sombras. Pero ya no sería complicado, no ahora que ya la había desarrollado.

Su reliquia. Aquella lanza blanca con tonos dorados.

Las reliquias eran armas especiales de los ángeles. Armas que solo los más poderosos podían crear. Ningún ángel normal o sin el suficiente potencial sería capaz de desarrollarlo. Y con la suya, las sombras no tardarían en desaparecer.

Ese día tocaba entrenamiento. No lo hacía por obligación, sino para aprender más de lo que ya sabía. Y quien mejor que el hermano a quien más admiraba.

-Nada mal, manzanita. Pero debes cuidar los pasos que das al esquivar. Podrían aprovechar tus puntos débiles para atacarte.

-Lo tendré en cuenta.-asintió posicionándose de nuevo.

-Ya es suficiente por hoy. Apenas y esta amaneciendo y luego tienes trabajo.

-Solo una vez más, Luzbel. -suplicó poniendo caritas.

-Vale. Venga, preparate. -se puso en su lugar esperando el ataque.

Ella se lanzó hacia él para aparecer en su espalda. Algo predecible y fácil de detener para él. De no ser porque no contaba con un arma nueva.

Al tratar de girarse para golpearla con su espada, se encontró con una lanza de gran tamaño y longitud. No fue lo bastante rápido y eso Nashira lo aprovechó. Le arrebató su espada y le dejó en el suelo con la lanza en el cuello.

Luzbel no salía de su impresión.

-¿Esa es...?- Nashira apartó la lanza y le ayudó a levantarse.

-Si. -sonrió de forma tierna. Aún quedaba algo de ese antiguo ángel después de todo.

-¡Eso es increíble! -la tomó de los brazos saltando de alegría. Frenó por un momento y tosió de forma fingida-. Quiero decir... ¿Cuándo ocurrió?

-En el ataque más allá de las fronteras del Sur.

-Es impresionante. Informaste de que derrotaste a un escuadrón entero. Eso es algo de admirar. Debemos de informar a padre. -dejó de caminar para girarse hacia ella-. ¿Sabes lo que significa? Estas muy cerca de conseguirlo. -sonrió de forma sincera.

***

Narra Nashira:

Sabía que Luzbel se sorprendería al ver mi reliquia. Aunque creo que es la primera vez que le veo de esa manera.

Sonreí solo de pensar en verle de esa forma de nuevo.

Volé alto hacia mi destino favorito, el hogar de mi linda Lilith.

Desde lo ocurrido no volvió a alejarse mucho, eso me alegró bastante.

Me posé frente a la barrera para poder entrar a ella. Una vez lo hice la vi de la misma manera que la última vez.

Si, se había empeñado en entrenar. Sus movimientos no eran malos, eso lo admitía. Pero aún seguían siendo algo torpes.

-¿Otra vez aprendiendo a bailar? -me burlé.

-¡Qué no estoy bailando! -gritó viéndome. Se lanzó a atacarme a lo que la frené-. Y por cierto, hola.-saludó como si nada. Tomé el palo que usaba de arma tirándola al suelo.