21

674 74 13
                                    

P.D.V. Taehyung

Me apoyo en la pared, mi cabeza la golpea una y otra y otra vez. Su mirada en mi cabeza todo el tiempo, sus lágrimas cayéndole por todo el rostro.

Perdón.

Suena tan poco, suena a nada. Una disculpa ahora mismo no hace sentido, aun así, repito a la nada.

-Perdóname, Jungkook.

Dakho está mirándome, no hace falta que levante la cabeza. Puedo sentirlo, pesado y frío.

-No voy a hacerle daño -dice, algo en su voz me obliga a abrir los ojos y observarlo-. No tienes que ponerte así. Estamos haciendo justicia.

Ahogo un sollozo, limpio mis lágrimas casi de inmediato. Camino hasta él y golpeo su pecho con mi dedo.

-Ahora mismo no hay alguna diferencia entre lo que él hizo y lo que tú haces. -Sus ojos se oscurecen, puedo sentir la tensión en sí cuerpo muestra de que mis palabras le afectan-. Eres exactamente igual a ese asesino.

Puede que esté exagerando, puede que sí y no me importa. A mis ojos es así.

-¿Qué me dices de ti? -pregunta riéndose, aleja mi mano de su cuerpo y levanta la barbilla-. Lo trajiste aquí, ¿no?

-¡No me diste opción!

-Te la di -replica con rapidez, algo insano en su cara aparece a medida que siente mi culpa-. Al principio. Antes de iniciar con esto.

Niego con la cabeza, alejándome de él a grandes pasos porque me quema la seguridad en su voz. Debí negarme, debí decirle a Jungkook todo mucho antes de que todo esto explotara.

Yo debí.

-No le hagas daño -pido en un susurro después de varios minutos. Busco sus ojos y entonces me trago mi orgullo y suplicó-: no le hagas daño, por favor.

Se ríe, levanta mi barbilla con su mano para observarme fijamente mientras suelta:

-Pese a lo que pienses -susurra, mirándome sin ningún rastro de emoción-. Jeon y yo no somos iguales. No voy a matar a su hijo, confórmate con saber eso.

Me suelta, me quedo ahí observando su espalda. Seco mi rostro con la manga de mi sudadera y lo observó de nuevo.

-¿Qué harás a continuación? -pregunto. Regresa a mi su atención, una sonrisa se instala en su rostro-. ¿Para qué lo quieres aquí?

-Usarlo como moneda de cambio. -Junta sus manos, analizando con emoción sus propias palabras-. Traer a Jeon aquí a salvar a su amado hijo.

-¿Qué te hace pensar que él va a venir?

Sonríe de manera que sus dientes quedan a la vista, camina hasta que está solo a unos pasos.

-Tu te vas a encargar de eso.

-¿De qué estás hablando? -Frunzo el ceño, mirando a su rostro en todo momento-. No voy a moverme de aquí sin él.

-Parece que no recuerdas haber tenido opción a negarte -dice. Mira de reojo a los hombres que llegan y se detienen en la puerta, vigilando-. Ahora sí que no la tendrás. Iras allá, le dirás a todos que no tienes idea de nada y esperarás mis órdenes sobre lo que tienes que hacer.

-No... No me voy a mover de aquí -susurro sin convicción, mi voz temblando-. No voy a dejarlo...

No parece haberme escuchado, sigue hablando:

-Y si no me obedeces no me va importar cortarle un dedo a ese chico. -Lo miro, no hay dudas en su cara, ni en ninguna parte de su cuerpo-. Esta en tus manos. Ahora sí que no tienes opción. ¡O sí! -habla emocionado mientras bajo mi cabeza sintiéndome asqueado, aterrado-. Tienes la opción de vivir con eso, lo amarás de todas formas. ¿No?

The Truth Untold. [Kookv] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora