23

621 76 10
                                    


P.D.V. Taehyung

—Señor Jeon...

Aparto la mirada de la fotografía cuando escucho la voz de Seojoon detrás, él está mirándonos alternativamente, tratando de comprender mi expresión aterrada, quizás. Me alejo a pasos lentos hasta que choco contra pared y empiezo a sentir que me falta el aire.

—¿Amante? —susurro, pero incluso para mí no suena claro y sé que ninguno de los dos presentes en la habitación entendió—. No tiene sentido.

Pero lo tiene.

O no sé. Jungkook está en peligro y es lo único que pasa por mi cabeza mientras la mirada de ambos hombres sigue mis acciones. Escucho los pasos lentos y pesados de Jeon JiGong acercándose, apenas soy capaz de registrar el sonido de mi respiración inestable cuando siento su mano sobre mi hombro. Levanto la cabeza lentamente, me veo en sus pupilas y un escalofrío recorre mi cuerpo. No hace falta que diga algo, me doy cuenta de que él lo sabe. Sabe todo y de pronto soy el mismo niño perdido de antes.

Me paralizo al instante, por lo que, aprovecha y habla:

—Quiero a mi hijo aquí pronto. —Su voz es monótona, como quien acostumbra a dar órdenes a cada segundo. Muerdo mi labio inferior con fuerza totalmente consciente de lo que habla y no me asusta, la amenaza implícita no me asusta—. Vivo.

—¿Señor Jeon...?

Es la voz de Seojoon, volteo unos segundos para ver su entrecejo fruncido mientras me observa tratando de encontrar sentido a las palabras de su jefe. Pero no hay más respuesta que la risa sardonica de JiGong, quien se aleja de mí para ir hacia el escolta de su hijo y lo sujeta de los hombros.

—¿Qué te parece, Park? —le pregunta con falso asombro, dándome un rápido vistazo de reojo—. Este muchacho que ves aquí es uno de los que ha participado en el secuestro de Jungkook.

—¿Qué...?

Seojoon clava sus ojos en mí de nuevo, hay confusión en todo su rostro y un deje de suplica. Puede que suplique para que lo niegue todo, sin embargo, yo no hago nada más que bajar la mirada a mis tenis desgastados con un nudo apretándome el cuello.

—¿No lo sabías? —JiGong cuestiona con calma, y mientras continúa veo que el rostro de Seojoon palidece—. ¿Qué has estado haciendo, Park? —su voz adquiere más dureza—. ¿Por qué no lo has podido ver? ¡Maldita sea!

Por segundos eternos hay un silencio que es roto por mi corazón martillando en mis oídos, por segundos creo que la culpa me va a volver loco. Entonces siento una mano en mi barbilla, es Seojoon. Hace que enfrente sus ojos y lo que sea que vea en éstos provoca que me suelte con rapidez. Pareciendo asqueado. O soy yo proyectando mis propios sentimientos.

—¿Dónde está Jungkook? —me pregunta lentamente, su voz llena de algo parecido a la angustia—. ¿Dónde puedo ir a verlo?

Me parte el alma ver su genuina preocupación, su miedo y tristeza. Y sobretodo eso: una decepción que comparto totalmente. No digo nada, no obstante, espero con todas mis fuerzas que pueda notar el arrepentimiento en mí, el amor que sí siento por Jungkook.

—No puedo decírtelo —susurro como puedo, sin reconocer mi propia voz—. Lo siento, hyung—. Trago el nudo de ansiedad que me impide hablar. Veo claramente como de a poco su rostro se vuelve frío. Quizás, Seojoon ha perdido toda simpatía para conmigo ahora. —Pero voy a traerlo, lo juro. Lo traeré aquí.

Pese a sus ojos viéndome, sé que ya no lo hace. Se aleja con la cabeza baja, sin ser capaz de hablar por algunos segundos.

—Señor Jeon —empieza de nuevo, se da vuelta para verlo de frente. Tiene todo su cuerpo encogido, lleno de remordimiento que no le corresponde más que a mí—. No sé como pudo pasar, yo... Yo de verdad creí que...

The Truth Untold. [Kookv] Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon