VI

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Ambas adolescentes se miraron una a la otra. Agnes intentó disimular su impresión, pero Mía se dio cuenta y arruinó el esfuerzo. —¿Qué pasa campesina? ¿Nunca habías visto a una chica como ella?
—Mía, te pedí que no molestaras más a Agnes. Si vuelves a hacerlo, créeme que voy a hacer que tu padre hable conmigo —interrumpió la maestra y Mía hizo una mueca. —Ahora, Dafne por favor levanta tu mano y tú Maggie, siéntate a su lado.
—Está bien —Maggie siguió la indicación y al llegar a su lugar, volteó su mirada hacia Agnes y esta se la devolvió. Agnes regresó su mirada a la maestra y Maggie se sentó en su lugar, donde Dafne ya la esperaba para comenzar una plática con ella.
—Oye, que linda eres, ¿Te operaste? —Preguntó la desesperada adolescente, distrayéndola de clase.
—Oh, no es eso, simplemente...
—Ay por favor, no tienes qué mentir. Tu cara es perfecta —Interrumpió la chica que estaba detrás de ella.
—No, en realidad...
—Que bonita, si no te operaste entonces seguramente tu mamá es igual de hermosa que tú. —Volvió a interrumpir la adolescente mientras le acariciaba la mejilla derecha. A los dos segundos de eso, la conversación cambió de tema a uno sobre el cabello de Dafne al cual Maggie no tuvo interés de involucrarse, prefirió poner atención a clase.

...

—Natalie, por favor llame a la señorita Castillo de la clase 3-A, necesito verla y hablar con ella en este momento.
—En seguida la haré venir señor. —Una sonrisa se dibujó en el rostro de Natalie ya que tenía las sospechas de que Agnes había perdido la beca más rápido de lo que la había recibido.
Natalie llegó al salón de clases y tocó la puerta. —Leah, necesito que Agnes venga conmigo, el director quiere verla. —Todos sus compañeros voltearon a verla con la misma lástima con la que la miraron en su llegada. Agnes se levantó y fue hacia la puerta.
Al llegar, Agnes tocó la puerta de la oficina del director. —Por favor, pasa. —se escuchó una voz desde adentro —Cierra la puerta y siéntate por favor, Agnes. —la adolescente siguió las indicaciones, cerró la puerta y se sentó en uno de los sillones. —Tenemos un par de temas de qué hablar; primero, como ya te pudiste dar cuenta, hay una estudiante nueva en tu salón. Maggie también viene del campo, me gustaría pedirte que le dieras el recorrido al colegio y de paso se conocen un poco. Sé que llevas muy poco tiempo aquí, pero creo que puedes con esto, ¿Estoy en lo correcto?
—Claro que sí señor, no habrá ningún problema. —Contestó la adolescente intentando impresionarle.
—Segundo, tus padres vinieron a verme ayer diciendo que habías desaparecido, lo único que quiero saber es si te encuentras bien.
—Estoy bien. Fui a visitarlos y me perdí de camino aquí, pero alguien me ayudó. No he tenido oportunidad de llamarlos, ¿Podría usted llamarles por mí y decirles que estoy bien?
—Está bien, yo los llamaré. Y dado que estás bien, puedes retirarte ya. —Dijo fingiendo concentrarse en otras cosas. Cuando Agnes se había ido ya, el hombre llamó a su secretaria —Natalie, quiero que vigiles a esa chica muy de cerca, hay algo raro en ella y no quiero que eso provoque problemas. Por cierto, necesito que ese joyero que conoces nos envíe un accesorio para la recién llegada.
—Sí señor la vigilaré y en seguida me comunicaré con la persona encargada de las joyas —Asintió la mujer para después salir de la oficina y dirigirse a su escritorio y realizar una llamada.

...

Agnes llegó a su salón. Se sorprendió al encontrar a Jason sentado en su lugar y extrañamente, poniendo atención a clase en vez de estar durmiendo. La adolescente se acercó con cautela y se sentó. —Jason... ¿Podemos hablar cuando terminen las clases?
—No tengo nada que hablar contigo, déjame en paz. —Dijo el muchacho de una forma antipática.
—Bien, pero vas a hacerlo en algún momento, quieras o no —respondió Agnes con molestia.
—¿Insinúas que quieres obligarme a hacer algo que no quiero? —El muchacho la miró amenazante, tanto que hasta provoco que Agnes se estremeciera.
—Piensa lo que quieras entonces —La chica esperaba que el ambiente entre ellos fuera menos pesado, pero fue todo lo contrario, se fue haciendo mucho más incómodo conforme pasaba el tiempo.
Sonó la campana del receso y eso la alivió un poco. Jason se levantó de su lugar y se fue. Del otro lado del salón, la chica que se sentaba detrás de Maggie, la arrastraba para que se quedara con ella en el descanso, pero Agnes se dio cuenta de su incomodidad y no pensó dos veces en ayudarla. Además, de que debía darle el recorrido y quería aprovechar la oportunidad de hablar con ella sobre su llegada inesperada —Hola Maggie, soy Agnes y...
—Aléjate campesina, Maggie no quiere estar contigo —Dijo la chica mientras empujaba a Agnes del hombro.
—De hecho, tengo que pasar este tiempo con ella porque debe conocer la escuela.
—Se nota que desde que llegaste no dejas de causar problemas. Está bien, pero te veré luego Maggie. —La adolescente se acercó a su oreja —Esta chica viene del campo, no dejes que se acerque mucho a ti o podría...
—¡Suficiente! ¿Y qué si es del campo, la ciudad o la montaña? ¡Déjala en paz! —Gritó furiosa.
—Maggie, no es necesario que explotes de esa forma, solo intentaba... —La chica se alejó sobando su oreja. Miró a Agnes y después continuó —protegerte de ella. Créeme que no me gustaría que por su culpa te quedaras sin amigos antes de tenerlos incluso.
—Si ella no tiene amigos por haber vivido en el campo toda su vida, entonces ni siquiera intentes acercarte a mí.
—¿Qué quieres decir con eso? Tú... —soltó una risita sarcástica y después siguió —ahora entiendo, ambas vienen del campo. Veo que estuve a punto de cometer un error, pero ustedes son tal para cual... —La chica se alejó y Maggie dio un suspiro de alivio.
—No sabes lo mucho que estaba molestándome esa chica, gracias por llegar y salvarme. ¿Qué puedo hacer para compensarlo?
—No digas tonterías, tú me salvaste a mí antes y hablando de eso, ¿Cómo llegaste a este colegio? —Preguntó Agnes intrigada.
—Me ofrecieron una beca aquí y mi madre no pensó dos veces en enviarme. Dijo que quería para mí un mejor futuro así que aquí me tienes.
—Ya veo. Pues me alegra mucho verte y será maravilloso tenerte por aquí. Pero basta de plática, hay que mostrarte el colegio.
—Ah eso no es necesario, creo que recuerdo todo el lugar bastante bien desde la ultima vez que estuve aquí, así que no debes preocuparte por eso. —Dijo Maggie bastante segura de sí misma.
—Está bien, supongo. Pero si llegas a perderte pide ayuda, no hagas tonterías.
—Lo prometo. Oye, disculpa si es molesto pero, ¿Puedo comer contigo en los recesos? Siendo sincera no quiero ser parte del grupo de chicas mimadas. —Terminó diciendo al mismo tiempo que ponía una cara de desagrado.
—Claro que puedes, ven y te mostraré un lugar que me encanta —Agnes la tomó de la mano y la llevó directo al jardín en el que Félix había estado sentado esperando que cualquiera de sus amigos llegara.
—Que sorpresa que decidiste aparecer —Hizo una pausa para mirar a Maggie —y traes una amiga contigo, mucho gusto señorita —Félix se levantó e hizo una reverencia en forma de saludo —¿Cuál es tu nombre?
—Me llamo Maggie, mucho gusto.
—Maggie, te presento a Félix, uno de mis amigos. —el pelirrojo le sonrió y se volvió a sentar en el pasto.
—¿Qué estabas haciendo tan solo?
—Comiendo y esperándolos, ¿Pasó algo con Jason? —Félix le preguntó mirándola intensamente.
—Está molesto conmigo, aunque aún no sé la razón. —Dijo Agnes en un tono triste, después miró a Maggie y esa mueca de tristeza cambió a una sonrisa pícara.—Pero no deberíamos preocuparnos mucho por él, Maggie podría ayudarnos a amansarlo.
—¿Qué es lo que pretendes decirnos, Agnes? —Preguntó Félix volteando su mirada a Maggie para intentar comunicarse con ella con los ojos.
—¿No crees que Maggie y Jason se verían lindos juntos?
—Disculpa que diga esto Maggie, pero Agnes, apenas la conocemos y parece que a Jason ya le gusta alguien. Además contando que Maggie nunca ha convivido con Jason, tal vez ni siquiera a ella le gusta.
Agnes soltó una carcajada —Félix, tranquilo. Solo estoy haciéndoles una broma, no lo tomen tan personal. — Maggie suspiró. Le habría emocionado conocer al muchacho del que hablaban, pero se reservó del deseo después de lo que Félix dijo.
Después de unos minutos, llegó Ben al lugar con las manos en los bolsillos y sin intenciones de ocultar su deseo de molestar, se sentó junto a Maggie logrando que se pusiera incómoda. —Hola, tú debes ser Maggie, ¿No es así?
—Ben, ni siquiera lo intentes. Si viene Jason, ustedes dos...
—Solo me interesa conocer a la señorita, ¿No puedo? —Dijo Ben acercándose más a Maggie —Además, por lo que oí, ustedes tres han discutido, ¿O me equivoco? —Volteó a ver a Agnes y ella lo tomo del hombro y lo hizo levantarse.
—Déjala en paz por favor. Si yo no tengo nada que ver en sus discusiones del pasado, ella mucho menos y me parece que tu "interés" por conocerla, no es nada más que verdadero interés por hacer la vida imposible a Jason o a Félix. No te atrevas a molestarla de nuevo. —Dijo Agnes en un tono molesto y amenazante.
El muchacho albino volvió a hacer esa mirada penetrante de antes —No creo que te convenga amenazarme, Agnes.
—¿No escuchaste? Dijo que te alejes de una vez —Apareció el castaño a la escena y el ambiente se puso aún más tenso.
—Jason, no hagas tonterías por favor, esto no debería llegar a más de lo que ya llegó. Hazlo por Nina —Le advirtió su amigo intentando detenerlo con el fin de que este no llegara a su objetivo: Ben.
—Miren quién decidió aparecer, ¿Viniste a salvar a tu novia? —Ladeó su cabeza —Esperemos que esta vez no conozca a tus otros amigos... —Volteó su mirada a Agnes, examinándola —O que ella no sea una mentirosa, porque como sabes, las mentiras y tus amigos llevaron a Nina a la muerte. Me pregunto qué pasaría si esta chica conociera tu secreto, ¿Por qué no se lo cuentas ahora mismo? —Se acercó a Agnes, la tomó de los hombros y la empujó hacia el castaño —Dinos Agnes, ¿No te interesaría saber cómo el chico al que llamas amigo, mató a la chica que tanto decía amar?

Efecto ColibríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora