III

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<<El efecto colibrí es un concepto que hace referencia a la noción del tiempo. Un mínimo cambio en la mecánica de este por beneficio propio, puede hacer que su continuidad caiga en lo caótico, creando un efecto de bucle o segundas dimensiones.>>

...

Agnes escuchó su teléfono con la alarma. Decidió no mirar y esperar a su madre entrar en la escena como anteriormente, pero no pasó. Al mismo tiempo, sintió un olor a pintura fresca que la hizo anhelar el olor a café de grano recién preparado característico de casa. En ese momento se dio cuenta que ya no estaba más ahí, sino en el colegio.
—Parece que todo volvió a la normalidad y no hay tiempo que perder. —Y hablando de tiempo, ya estaba tarde para tomar el desayuno, se levantó de la cama de golpe. Se vistió con el uniforme, hizo un moño con su cabello y como accesorio se colocó una diadema. Eran las 7:30 am y ella salió de la habitación en dirección a la cafetería para tomar el desayuno. Al llegar se encontró con Jason y Félix, se sentó junto a ellos y empezó a comer.
—¿Qué tal dormiste en tu primera noche? —pregunto Félix con una sonrisa en la cara.
—Muy bien, gracias. ¿Ustedes qué tal durmieron?
—Bastante bien —Contestó el pelirrojo, quien se veía muy feliz
—No hables por mí, no dormí tan bien como parecía, mi sueño fue espantoso.
—¿Qué soñaste? —Preguntó Agnes —Si me permites saber, claro... — completó para no verse muy entrometida.
—Soñé que alguien moría aquí, una chica, no sé cómo, ni cuando, pero sucedía.
—Lo bueno es que solo ha sido un sueño, ¿no crees Agnes? —Dijo Félix después de golpear suavemente a Agnes con su codo.
—Jason, no intentes aparentar que no sabes nada, ella ya sabe el poder que poseo y asimismo, el de ella. Esa muerte va a pasar en cualquier momento.
—¿Qué? Pero lleva un día aquí, no es posible que lo sepa ya, tú le dijiste algo, estoy seguro que si, nunca puedes mantenerte callado, sabes que es una regla, una vez que lo sabes no puedes contarle a los nuevos.
—En realidad van 3, pero lo obtuve desde el primer día...
—Que suerte para mi que fue desde la primera vez o me entierran vivo —Dijo Jason un poco nervioso por la reacción de su amigo a la confesión de la castaña.
—¿A qué te refieres con 3 días? llevas aquí un día, UNO —La campana sonó y todos los alumnos becados (que no eran realmente tantos) corrían como hormigas obreras, no se permitían perder el tiempo. Los demás estudiantes, con colegiaturas completamente pagadas, caminaban con tranquilidad.
—Te lo explicaremos todo en el descanso, lo prometo. Pero vamos a clase que no puedo llegar tarde, por favor.
—Está bien, vámonos ya. —Agnes los jaló a ambos y corrió tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraban frente a los salones. Entraron a clases y las horas pasaron rápido. Agnes y Jason salieron de su salón y encontraron a Félix—Bien, quiero una explicación en este momento. —Dijo él saliendo de clase.
—Aquí no, vamos a aquel lugar de ayer, si nos escuchan tendremos un castigo —susurró Jason volteando a todos lados. Caminaron hasta llegar al jardín donde habían estado el día anterior, al llegar se sentaron el césped y Félix no podía con la incertidumbre de saber qué pasaba realmente, miraba a Agnes con insistencia.
—Bien, es hora de contarte... Contarles. —Agnes se corrigió, estaba decidida a contarles acerca de la niña —la primera vez una niña vino a mi diciéndome cobarde y se fue corriendo, intenté seguirla pero la perdí. Después fue un día normal y al día siguiente volví a despertar en casa. La niña volvió a mi y me pidió que no muriera, se fue de nuevo, me llevó a un pasillo y volví nuevamente.
—Entonces viajas en el tiempo, o mejor dicho, vuelves. Nunca creí que eso fuera posible, ninguno de nosotros está relacionado con viajes en el tiempo, ¿Tú qué crees que sea, Jason?
—Ella es muy especial y seguramente de todos nosotros, la más fuerte mental y físicamente, pero debemos esperar y saber el por qué el director otorgaría ese poder a alguien de nuestra edad. Ahora que lo mencionas, cabe una posibilidad de que seas tú la que muere, corres un gran peligro con el poder que posees, aunque claramente espero que no, pero existe esa pequeña posibilidad.
—No la asustes así, aunque quepa la posibilidad no estamos seguros. Debemos protegerla y guardar su secreto hasta entonces o alguien podría aprovecharse de él, esto no es un juego de niños. Y hablando de niños, ¿Esa niña de la que hablas qué aspecto tenía?
—No se le veía de más de 13 años, pero no recuerdo muy bien su rostro.
—No importa, si vino a darte una advertencia, seguramente la veras varias veces, ¿no crees? —Dijo y después cambió de tema —¿Quieres saber los nuestros?
—Ya conoces el mío, no es tan impresionante como el de Félix.
—Claro que lo es, puedes saber lo que va a pasar, tal vez puedes prevenir un accidente o algo parecido... Es una cosa muy especial, nunca menosprecies así lo que tienes —Jason se sonrojó un poco y volteo a otro lado para ocultar su sonrisa. —¿Y cuál es el tuyo, Félix?
—Ven aquí y te mostraré qué es lo que hago —Agnes se acercó a él —Piensa en algo bonito, lo que sea —Ella cerró los ojos y Félix tocó su cabeza con uno de sus dedos, al instante comenzó a saltar al rededor de ella una especie de animal color blanco, acompañado de una suave melodía, Agnes estaba maravillada, sus ojos nunca habían visto algo parecido.
—Veo que ya se tienen mucha confianza para mostrarse lo que hace cada uno, ¿no creen? me parece que esto no le va a gustar nada a mi padre y lo saben bien, ella no puede saber nada de esto —El animal desapareció y la música se cortó, los tres estaban sorprendidos por la llegada de Mía.
—Pero ella ya lo...
—Cállate Idiota —Félix lo interrumpió
—¿por qué lo callas? déjalo hablar. ¿Qué decías Jason?
—No es nada Mía, métete en tus propios asuntos. Además, ¿Qué haces aquí? Nunca vas mas lejos de la cafetería
—Le diré a mi padre y los tres estarán expulsados, ¡Saben perfectamente las reglas! Y contestando tu pregunta, puedo pasear por donde yo quiera, después de todo, este lugar me pertenece.
—No porque tu padre sea el director del colegio tienes que comportarte de esa forma tan ridícula. Si alguien no quiere hablar de algo no debes obligarlo y mucho menos amenazarlo. —habló Agnes sin considerar su posición.
—Miren a la campesina —Se detuvo para observarla detenidamente —ahora quiere enseñarme ética y valores, que divertido, continúa pequeña.
Un chico llegó al lugar. Era obvio que alguien escuchara y se acercara, los chillidos de Mía seguro se escuchaban al otro lado del colegio y vaya que era bastante grande.
—¿Otra vez en problemas Mía? —besó la mejilla de la rubia y luego miró a Agnes —Eres bonita, ¿Cuál es tu nombre? —El chico le extendió la mano pero Félix lo alejó de inmediato
—Si te atreves a hablarle de nuevo te juro que te mato —Félix se posicionó frente a Agnes mientras el chico misterioso sonreía y no dejaba de mirarla, sus ojos grises eran penetrantes y su sonrisa... era diabólica.
—¿Tienes miedo de algo? Supongo que ella te gusta, o ¿me equivoco? —El albino se burló.
—Eres un pedazo de...
—¡Basta! —Mía interrumpió al pelirrojo —Ben, vámonos de aquí ahora mismo.
Al parecer en Mía si cabía la prudencia. Alejó a Ben de ellos y se fueron cuchicheando sobre lo que acababa de pasar. Por otro lado, Félix estaba ardiendo de furia. Sus ojos reflejaban tanto odio que incluso Jason dudó en acercarse a él. Agnes se decidió, le tomó la mano, y después lo abrazó. Comenzó a llorar. Su llanto no cesaba, como si sus ojos hubieran sostenido litros y litros de lágrimas por mucho tiempo.
—Necesito un tiempo a solas, por favor.
—Claro. Agnes, vamos.
Agnes dudó esta vez, pero terminó siendo arrastrada por Jason. Al final de todo, él lo conocía mejor que ella. Había muchas cosas que Agnes aún no sabía de ellos y de la escuela. El castaño tenía hambre así que fue a la cafetería a conseguir algo. Agnes prefirió ir a desempacar, su maleta había estado abandonada en la esquina de la habitación por un buen rato.
Al terminar encontró algunas cosas que ella no incluyó en su maleta al salir de casa, entre ellas, un reloj de bolsillo que pertenecía a su abuelo junto con una tarjeta. La leyó, era de su madre.

"Mi querida hija,

estamos muy orgullosos de lo que has logrado. Haremos todo lo posible por que disfrutes tu nuevo colegio y deseamos que tengas muchos amigos ahí. Estamos trabajando duro por tu felicidad. Si en algún momento tienes la oportunidad de acceder a un teléfono, llámanos, queremos escuchar cómo son las personas ahí. Nos encantaría saber si te tratan bien. Papá se emocionaría mucho si lo haces.

¿Recuerdas ese reloj? Era de tu abuelo, siempre lo quisiste porque te parecía un artefacto extraño y maravilloso. Pues ahora es tuyo, úsalo bien, te ayudará a ser más puntual, intenta no llegar tarde a clases. o al menos úsalo de accesorio.

-Mamá."

Brotaron algunas lagrimas de sus ojos. Extrañaba bastante a sus padres y no podía no hacerlo, había estado con ellos cada día de su vida y separarse de ellos de la nada era un golpe muy duro. Luego de unos minutos, sus lagrimas se detuvieron. Hizo con sus brazos una Mariposa y se mojó la cara. Salió de su habitación y miró a Jason en el piso peleando a golpes con Ben. Corrió para detenerlos pero antes de llegar Félix se aventó encima de Ben y Jason se levantó.
—Llevaban meses sin pelear así, ¿eso es lo que querías? Lo único que sabes hacer es causar desastres, sería mejor que te fueras. —apareció Mía de la nada
—Explícame de qué rayos estás hablando
—Pronto lo sabrás... Es cuestión de tiempo para que te des cuenta de todo.
—No voy a permitir esto —Agnes solo pensó en volver. El suelo parecía moverse, se sitió mareada. debía acostumbrarse a usar su poder para no perder la cabeza. Se encontraba de nuevo siendo arrastrada por Jason. Esta vez decidió acompañarlo a comer, su maleta tendría que esperar, de nuevo.
—Tranquila Agnes —Jason tomó su mano —Félix está bien. Solo que Ben provoca que se exalte y se comporte de esa forma pero todo estará bien.
—Entiendo. ¿Puedo pre...
—Hola señorita —Llegó Ben por detrás recargando su brazo en los hombros de Agnes a modo de abrazo mientras se sentaba a lado de ella —hace un rato no tuvimos la oportunidad de conocernos, ¿Cuál es tu nombre?
—¿No escuchaste la advertencia? Aléjate de ella —dijo Jason con odio en su mirada.
—Yo no tengo la culpa de lo que pasó esa vez y lo sabes.
—Te voy a golpear, aléjate de ella AHORA.
—Jason por favor, basta. Ben, ¿Verdad? Si es que no quieres problemas no te acerques a mí, por favor no causes más revuelo. —dijo Agnes intentando calmar la situación.
—Creí que eras diferente a estos dos idiotas, que lástima, me equivoqué. Nos vemos luego pequeño —Despeinó la melena de Jason y luego se fue del lugar. El castaño intentó levantarse para golpearlo, pero Agnes le jaló un brazo y éste se detuvo.
—No hagas eso, te meterás en problemas.
—Está bien, pero prométeme algo. Nunca vas a acercarte a él y no permitirás que se acerque a ti, no es alguien bueno para ti.
—Lo prometo —Agnes entrelazó su dedo con el de Jason quien respondió con una sonrisa.
Todos volvieron a clases, excepto Félix. A pesar de no estar en la misma clase, todos los maestros fueron a preguntar varias veces a Jason si sabía dónde estaba, pero no lo sabía. Agnes se encontraba preocupada por su amigo, no sabía si de verdad se encontraba bien.
—¿Qué te parece lo que has causado? Mejor vete de este colegio antes de que dañes a alguien más. —parecía que la aparición de Mía era inevitable
—¿No te cansas de joder? Déjala en paz, ella no hizo nada malo ni lo hará. —contestó Jason a la rubia.
—Ya veremos. Esperemos que mis suposiciones sean incorrectas, pero si no lo son, sabes que tú y Jackson van a sufrir mucho, ¿No es cierto?
—Bien, ¿Terminaste? — Jason volteó a ver a Agnes, mientras ella solo guardó silencio. Quería saber qué había pasado entre Ben, Jason y Félix, por qué peleaban. Quería saber por qué Mía la culpaba de lo que estaba pasando. Sus intensas ganas de saberlo casi la hacen explotar, casi pregunta a Jason y su imprudencia se haría ver, pero supo contener esa emoción. Se mantuvo callada.

Efecto ColibríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora