𝕮𝐄𝐑𝐒𝐄𝐈 | ❝Supe lo que eras desde el principio. Podía oler la sangre. Naciste para derramar sangre, Cersei.❞
si te late, entonces date y entra
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general kirigan x oc
kaz brekker x oc
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shadow and bone
#1 kazbrekker 13/05/21
#1 ge...
•❅──────✧✦✧──────❅• CAPÍTULO UNO LA COMANDANTE DE LA MUERTE •❅──────✧✦✧──────❅•
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—¿Seguro que no os pasasteis con el golpe? —inquirió Kaz mientras contemplaba con desasosiego la pequeña puerta del dormitorio, que permanecía cerrada.
—Todo iba bien hasta que sonrió malvadamente... ¡me puse nervioso y no supe que hacer! —contestó el aludido en su defensa—. Además, es La Comandante. Si muere, será una menos de la cual preocuparse—manifestó Jesper.
Al escucharlo, el joven Brekker profirió un lánguido suspiro, justo antes de sentarse en una de las sillas disponibles del lugar, junto a Inej, la cual ignoraba la presente conversación.
—Sabéis muy bien que no podemos hacer eso—les recordó Kaz. Acomodó sus guantes negros y observó con curiosidad el escritorio que estaba frente a él.
—No la necesitamos —espetó Inej con tono irritado—. Podemos cruzar la Sombra por nuestra cuenta. —Se puso de pie y se detuvo frente a la chimenea, cuyas potentes flamas refulgían con intensidad, proporcionando luz a toda la estancia.
—Yo solo espero que la Invocadora nos ayude... —señaló Jesper, rememorando con suma inquietud la mirada que le había dado la grisha de cabello negro.
El joven Brekker apretó la mandíbula. La Invocadora de Sombras era una pieza importante en el robo que buscaban cometer. Luego de unos instantes más de fluctuación, él suspiró, sabiendo que solo podían seguir las instrucciones que el Conductor les había dado, y eso incluía llevarle a la Comandante.
Los tres permanecían tan absortos en aquella conversación que ninguno reparó en la presencia de la grisha encapuchada tras ellos.
—¡Cuidado! —Fue lo único que pudo articular Inej cuando vio que la joven estaba a punto de atacar a Kaz con un atizador. Por suerte, él hizo chocar su bastón contra el arma improvisada de Cersei—. ¡Paren! —ordenó la morena, quien guardaba una distancia prudente con ambos.
Sin embargo, los dos pelinegros ignoraron por completo sus comentarios y prosiguieron con la lucha hasta que, en un pequeño traspié, la joven cayó al suelo, quedando desarmada. Kaz, por su parte, con la respiración agitada y el cabello negro cayéndole desordenado por su cara, le apuntó con su bastón.
