⦅ℙ𝕚𝕣𝕠𝕡𝕠𝕤⦆ - 𝙽𝚘𝚛𝚖𝚊𝚗 𝚡 𝚁𝚊𝚢 [CANCELADO]

T I M E

Su pequeño cuerpo de 7 años se sentía absurdamente pesando contra la cama. Era como si hubiera perdido todas las fuerzas y ahora quedaba dejar cuerpo semi muerto descansar.

Ya no tenía lágrimas que llorar. Su rostro estaba pesado y oscurecido por haber llorado casi 4 días seguidos sin descanso alguno, le dolía el rostro, sus ojos ardían.

No me molestó siquiera en bajar cuando escuchó que su mamá recibía a unas personas en la planta de abajo. Prácticamente no había salido de su cuarto a diferencia del día anterior, cuando tuvo que ir al funeral, del resto, su cuarto era su lugar seguro.

Hasta que escuchó como alguien tocaba la puerta bloqueada de su habitación.

Se volvió un ovillo en su cama, enterrando su rostro en la almohada antes de dar un suspiro tembloroso. No se levantaría para abrir la puerta, no quería bajar, no quería ver a nadie ahora, solo quería descansar.

Pero volvieron a tocar, esta vez con algo más de fuerza.

Él suspiró.

— No quiero salir, mamá. Déjame en paz…

— No soy la señora Isabella, Ray.

Oh.

Levantó la cabeza y miro hacia la puerta bloqueada. Podía ver la sombra de unos pequeños pies en la rejilla de la puerta, moviéndose con ligera ansiedad, esperando a que abriera la puerta.

Era Susan.

— ¿Pu-Puedo entrar? Por favor…

Pero no quería verla. Él… Él sabía que ella estaba ahí junto con su madre para despedirse de Isabella y de él.

Unos días antes de todo esto, la madre de Susan le contó a su familia que se mudarían del país por cuestiones de trabajo. Obviamente se sintió triste de que una de sus mejores amigas se fuera del país y no volver a verla en un tiempo que él no conocía, pero Leslie lo consoló diciéndole que aun podían mantener la comunicación.

Eso lo tranquilizó en el momento… ¿Pero ahora?

La persona que le había dicho eso, ahora no estaba. Lo había dejado, y ahora Susan también lo haría.

Realmente no quería verla.

— Ray--.

— Vete.

Eso lo dijo sin pensar, ni siquiera le importó.

No le importó darle dolor a Susan, simplemente no quería verla y que minutos después se despidieran para no volverla a ver.

No quería volver a sentirse triste. No quería volver a llorar.

Ignorándola era la mejor opción para no volver a quebrarse, o eso creía él.

— ¿I-Irme-? Ray… Simplemente me quiero despedir--.

— ¡Vete!

No se dio cuenta que gritó hasta que sintió lagrimas picándole en los lagrimales.

Enterró su cabeza entre las almohadas y se ahogó un grito, sus puños estaban apretando las sabanas ante el dolor y la impotencia y su corazón bombeaba más de lo debido.

Hubo silencio, luego un sollozo del otro lado de la puerta.

— No me iré hasta que abras la puerta.

Eso fue como una apuñalada directo a su corazón. Escuchar la voz quebrada y temblorosa de Susan por detrás de su puerta fue suficiente para que lagrimas salieran finalmente de sus ojos.