❝Klaus conoce a alguien diferente al aterrizar en los 60's, eso lo cambia todo❞
Marie estaba huyendo de sus antiguos empleadores cuando conoció a Klaus Hargreeves, un veterano de guerra con muchos secretos al que vió por primera vez en un callejón...
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Dallas, Texas, diciembre 1960
Es diferente luego del beso, obviamente. Habría sido decepcionante que nada hubiera cambiado, para ambos. Sin embargo, todavía es un proceso.
No es un problema ir lento porque Marie todavía está asustada de que su pasado la obligue a huir y Klaus todavía está asustado de que esto sea efímero, de que su corazón vuelva a ser cruelmente destrozado como lo ha sido desde la primera vez hasta... Dave.
Aún con los miedos, Marie y Klaus terminan convirtiéndose en la manta de seguridad del otro, un lugar seguro para ir. Entre los entrenamientos de los poderes de Klaus, Ben, y los sentimientos que los han enlazado, construyen algo. No tiene nombre y todavía no están seguros de que quieren que lo tengo, solo... Vivir el momento, eso es.
Ahora se encuentran debajo del árbol donde Klaus le dijo a Marie su secreto (uno de ellos), en el patio trasero del albergue para veteranos, almorzando afuera para aprovechar el buen clima en el día libre de Marie.
—James me dijo que el proyecto de hogar va bien —Marie comenta. Se encuentra sentada sobre el césped, con la cabeza de Klaus sobre su falda. Es una posición tan cotidiana e íntima a la vez que Marie se sorprende a sí misma por no estar sintiendo pánico alguno.
—Oh sí —Klaus parpadea, relajado por la forma en que las manos de ella se enredan en su pelo—, bien.
—¿Qué hay de lo otro? ¿Los fantasmas? —Marie pregunta a continuación. Todavía es un poco surrealista (pero genial) que se lo tome con tanta naturalidad, probablemente en vista de las pruebas.
—Como dicen en rehabilitación, hay días buenos y días malos. Pero aprendo rápido, lo sabes, honey. —Klaus le guiña un ojo.
Marie rueda los ojos con cariño y se pregunta como es que empezó: ¿Cuándo fue que Klaus comenzó a sentirse como el lugar más agradable para estar?
—Eso me recuerda, conseguí el libro que Ben dijo querer —ella menciona, estirándose un poco y sacándolo de su bolso—. Un mundo feliz. ¿Puedes creer que el de la librería no quería vendermelo? Dijo, y cito, "este no es un libro para una mujer, tenemos libros de cocina más atrás" Oficialmente no volveré a comprar ahí.
—Ben y yo estamos ofendidos en tu nombre. Aunque no puedo ofrecerte ir a golpearlo porque probablemente tienes más músculos que yo —esa broma la hace sonreír—. Ben también dice gracias.
—De nada, Ben —ella responde—. Es una buena elección, será divertido leerla para ambos.
—Nerds —Klaus se burla y Marie le da un toque en la frente en respuesta.
