Existía una manera de saber que tan compatible eres con las personas. Nayoung creía ser perfectamente compatible con su pareja. Sunghoon estaba convencido de que no era compatible con nadie.
Lindo es el destino que une a las personas menos esperada...
—Nayoung muevete~ —Sunoo agarraba el brazo de su amiga mientras la apresuraba para que salieran rápido de aquel lugar.
—Sunoo no es justo —Nayoung se quejó como si fuera una niña de cinco años. Su amigo rió y la siguió—. No quiero ir.
—Nada en la vida es justo Nayoung, ahora muévete. —Ella se rindió y caminó junto a su amigo hacia la salida de la escuela—. Además, no sabes conducir, soy tu única salida de este lugar, no te quejes.
Sunoo realmente estaba interesado en tener la banda de compatibilidad. No sabía la razón de su interés, solo sabía que quería una. Quería también llegar temprano ese día para obtener la suya. Nayoung por su lado no quería, no le interesaba y la asustaba. Pero sentía que tarde o temprano tendría que hacerlo.
Ambos amigos subieron al auto. Escuchaban Lion Heart de SNSD.
Sunoo tenía la razón, por más que Nayoung lo negara, él era el único que podía llevarla a su casa. Su novio Jay lo haría, pero para la desgracia de Nayoung, Jay tuvo cosas de que encargarse y salió más temprano. Dejándola bajo el mando de su mejor amigo.
— ¿Sunoo a dónde vamos? —Nayoung preguntó—. Mi casa no queda por aquí.
Sunoo rió. ¿No era obvio que no irían a su casa?
—Es porque no iremos a tu casa. —Nayoung iba a protestar, pero Sunoo se encargó de que no pudiera quejarse—. Te dije que no te quejaras, yo soy el que conduzco.
— ¿Vas a dónde creo que vas? —Nayoung preguntó y Sunoo asintió sonriente—. Bien, en cuanto no me obligues a nada todo estará bien.
— ¿Por qué te obligaría? ¿Tan mal amigo soy? —Preguntó dramáticamente indignado.
El viaje no fue para nada silencioso. Los dos amigos hablaban de una variedad de cosas, cosas sobre su día, preocupaciones, chistes. Nayoung verdaderamente apreciaba a Sunoo, y viceversa, habían pasado tanto tiempo siendo amigos que ya no imaginaban una vida alejada del otro. Era un soporte mutuo, una amistad que muchos envidiaban.
Sunoo y Nayoung nunca se dieron cuenta de eso. Pensaban que así eran todos los amigos. Fue una gran sorpresa saber que no era así.
Cuando por fin llegaron al destino, Nayoung se sintió nerviosa. Sunoo le dijo que no había nada de qué preocuparse, pero hablar era mucho más fácil que actuar.
El edificio era grande, ambos sintieron un leve frío al abrir la puerta y recibir el aire en sus cuerpos. No fue un proceso muy largo ya que no habían tantas personas, nadie aparentemente estaba interesado en comprar una manilla.
— ¿Nombre? —Una mujer le preguntó.
—Kim Sunwoo, 17 años. —Sunoo respondió.
— ¿Ella? ¿Es su novia? —La mujer preguntó y ellos dos se negaron riendo—. ¿Cúal es su nombre?
—Oh, yo no vengo a comprar nada. —Nayoung dijo sonriendo apenada—. Solo lo estoy acompañando.
—Es una lástima , justo por el lanzamiento estábamos haciendo el descuento de por la compra de una podrían llevarse la otra a mitad de precio.
Sunoo miró a Nayoung.
— ¡Oh no! —Nayoung exclamó—. Ni loca.
— ¡Vamos Nayoung! —Sunoo junto sus manos para suplicarle a su amiga—. Además, nadie te obliga a usarla. Por favor. Y quién sabe, quizás algún día la uses. Miralo como las medias que te regalaron tus tías en navidad y no te gustaron.
—Dios está bien. —Nayoung dijo—. Bae Nayoung, 17 años.
La mujer asintió con una sonrisa, feliz de lograr que más gente comprara su producto.
—Te voy a matar Kim Sunwoo.
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