Existía una manera de saber que tan compatible eres con las personas. Nayoung creía ser perfectamente compatible con su pareja. Sunghoon estaba convencido de que no era compatible con nadie.
Lindo es el destino que une a las personas menos esperada...
Nayoung se levantó esa mañana con un leve dolor de cabeza. La alarma no ayudaba en nada. Se sentía como un zombi. Se alistó porque sabía que tenía que ir a la escuela y era viernes, su día favorito de la semana porque era el último que tenía antes de que llegara el fin de semana. Luego vió aquel huevo encima de un sillón cosido en crochet y lo bajó junto a ella para desayunar.
—Buenos días. —Su abuela la saludó y Nayoung se acercó a ella para darle un beso en su mejilla. Tenía miedo por su abuelita, cada vez se veía más frágil y ella era su mejor amiga.
Luego se sentó en la mesa y comenzó a revisar su teléfono de nuevo. No había realmente mucho que hacer además de esperar el desayuno. Así que cuando su nariz pudo olfatear el delicioso aroma de la comida y sintió un beso en su cabeza bajó su teléfono.
—Ma —la llamó y su madre se acercó a ella—. ¿Hay algo para el dolor de cabeza? ¿Una pastilla o algo?
—Están en el mismo cajón de siempre ¿no los encontraste? ¿O no los buscaste? —A la segunda pregunta Nayoung bajó la cabeza avergonzada—. ¿Y por qué te duele? ¿Te quedaste hasta tarde de nuevo?
—Estaba jugando con Riki, pero el tiempo se nos fue... —Dijo y su madre movió su cabeza de lado a lado con una sonrisa antes de caminar fuera del comedor e ir por la pastilla de su hija—. ¿Abuela y mi papá?
—Salió temprano hoy, antes de que te despertaras. —La mujer dijo—. Tenía una junta importante hoy.
Nayoung asintió y después de terminar con el plato de comida salió a cepillarse los dientes y alistarse de nuevo para ir a la escuela. Llegó temprano, como siempre y entró a su salón de clase a esperar que llegaran los demás, y esperaba a Sunoo como siempre. Tenía el huevo a la mano, y Nayoung solo escuchaba música mientras poco a poco sus ojos se cerraban.
Jugar hasta después de la media noche no había sido una buena idea.
La clase comenzó y Sunoo nunca llegó. Estuvo esperándolo durante toda la mañana. Venía gente entrar y más gente entrar, pero no habían rastros de su amigo. Se sintió algo mal de saber que no tendría a nadie con quien volver a su hogar, quizás tendría que caminar o tomar un autobús.
—Nayoung —escuchó la dulce y tierna voz de Jungwon llamarla.
—Jungwonie ¿pasó algo? —Preguntó al verlo solo y algo perdido. Normalmente Jungwon estaría acompañado de otras personas.
— ¿Sabes algo de Jay hyung? —Le preguntó sabiendo cómo Nayoung y el previamente mencionado eran pareja, y para que, una de las parejas más bonitas de todo el grado.
Algo en la cabeza de Nayoung hizo click al acordarse de porqué Jay tampoco estaba ese día en clases.
—Jay me dijo que iría desde hoy temprano con su familia a un pequeño viaje y volvería el lunes. Disculpa que no te haya contado, juro que lo iba a hacer. —Nayoung sonrió y Jungwon abrió la boca pero no dijo nada.
—Ya veo. No te preocupes. —Jungwon sonrió después de haber fruncido el ceño.
Tierno, Nayoung pensó.
—Gracias, hablamos despues. —Jungwon se despidió con una gran sonrisa.
Ese día Nayoung estuvo mayoritariamente sola. No le importaba, tenía unos cuantos amigos con quien hablar en los cambios de clases, pero no le vió necesario tener que pasar con alguien en los descansos.
A veces estar sin compañía estaba bien.
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