.˚◌𑁍 Hate Me 𑁍◌˚.

8.3K 391 140
                                    

Pt : 1

Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.

Pt : 1


––Qué maldito asco... ––La joven rodó los ojos y miró a su alrededor... O al menos lo intentó.
Sus tacones no servían para que la gente se apartase, pero sí sus ojos.
Maquillados con una simple ala diagonal que los hacía furtivos, afilados, desdeñosos, depredadores...
(T/n) era una asesina de miradas, lo sabía y lo explotaba a la perfección.
Siempre le había funcionado.
No necesitaba hablar.
Una sola mirada de (T/n) y estabas muerto.
Era increíble como se podía viajar al cielo y al infierno tan rápidamente gracias a una mirada de los mismos ojos.

Y en ese momento, los ojos de (T/n) estaban más que furiosos.
No le gustaba el ruido, y ahora estaba rodeada de él.
Tampoco le gustaba la gente, y tenía a mil personas sudorosas revoloteando o según ellos "bailando" a su alrededor.
Y por supuesto tampoco le gustaba Keigo Takami... Y ahí estaba el condenado, absorbiendo toda la luz y la atención de la sala como un agujero negro. Como toda la paciencia de (T/n) apunto de colapsar.

¿Había alguna razón por la cual (T/n) le odiara de esa manera?

¡En absoluto!
Simplemente pensaba en lo precioso que se vería su costillar del revés.
O su cráneo como florero, ¡O pisapapeles!

––No... Demasiado grande para un pisapapeles...

Keigo era de esas personas que no parecía tener un término medio en nada. Era un idiota o un maldito genio, era el ser más impresionante del planeta o era un humano corriente con una sonrisa seductora.
O era un tipo genial, o un rufián que podría matarte con una intoxicación.
Probablemente eso era lo que (T/n) más odiaba de él.
Era ilegible.
No podía saber lo que pensaba
(Si es que eventualmente lo hacía. )

Keigo era de esas personas que no parecía tener un término medio en nada. O lo odiabas, o lo amabas.
Y parecía ser que el 99% de la población había optado por la segunda opción.

Cuando por fin llegó a la barra, suspiró sonriendo con falsedad echándose el pelo hacia atrás con sus dedos de uñas largas y arregladas.
Era otra cosa que le encantaba de ella.
Las uñas largas. No solo porque le permitía bailar con sus dedos en cualquier superficie; una mesa, el cristal, una espalda...
Sino porque sus manos tomaban una forma hipnótica alrededor de sus pómulos cuando cruzaba los dedos y analizaba a cualquier alma en desgracia que osase interrumpirla con ignorancia.

––Ladeas la cabeza cuando finges una sonrisa, ¿Lo sabías? ––Un timbre de voz ronco y juguetón concreto que conseguía sacarla de sus casillas le crispó los nervios.

––¿De qué videoclip de raggaeton viejo te has escapado Keigo? ––Una carcajada irritante y melódica se escapó de su garganta.

––No te sale. ––Comentó sonriente, ignorando su comentario anterior.

––¿El qué? ––Otra cosa que ella odiaba de él: Entrar en sus juegos era demasiado tentador.
Un placer culpable que algún día o noche superaría... Y esa noche no iba a ser hoy.

One Shots ☁️ Hawks 🔞Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz