One Shots ☁️ Hawks 🔞

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-Las seis... Las malditas seis... -suspiró lanzando al reloj de su muñeca una mirada crítica ¿Por qué iba tan condenadamente lento? Y... ¿Por qué llevaba ahí cincuenta minutos y a Hawks no le había dado por abrir? -recapituló; El héroe le había dicho hacía una semana que se pasase el miércoles por su casa. Al fin y al cabo, aquellos días no tenían demasiado que hacer. Últimamente los villanos apenas se dejaban ver el pelo, de modo que era normal que los héroes se relajasen un poco de su trabajo... Sin bajar la guardia.

Sin embargo Hawks parecía tener la guardia tan baja en estos momentos que prácticamente era como si apenas se preocupase por lo que pudiese pasar ahí a fuera. Bueno... Quizás su actitud despreocupada no solo abarcase a tiempos en los que los villanos no aparecían.

Se balanceó ligeramente sobre los talones antes de intentar volver a llamarle, sin embargo, recordó que probablemente tendría el teléfono silenciado. No le quedaba más remedio entonces que tratar de aporrear la puerta hasta que se dignase simplemente a gritar un "¡Ya voy, joder!" desganado desde la otra punta de la casa.

Sin embargo cuando el héroe finalmente abrió, no parecía apenas tener fuerzas para abrir siquiera la boca, (T/n) no quiso ni imaginarse el esfuerzo que tuvo que hacer entonces para abrir la puerta... Aunque todo ese cansancio se esfumó en el milisigundo que su cabeza reconoció su rostro, unos tonos más de blanco se sumaron a su rostro cuando la vio, y le cerró de un portazo, como si se hubiese asustado.

(T/n) abrió su boca indignada y casi ofendida. ¿Había estado ella ahí cincuenta y cinco minutos desgraciadamente contados para que ahora no solo no apareciese, si no que además, después de haber esperado todo eso, le cierre la puerta en las narices? Decidió interpretar aquello como un acto reflejo, y que probablemente se había olvidado de que habían quedado. Además, por lo poco que había visto de Hawks en aquel día, estaba hecho un desastre.

-No sé de qué te asustas tanto, yo al menos me he peinado. -suspiró cruzándose de brazos a la espera de que volviese a abrir la puerta.

-¡Dame un minuto!

-¡Te he dado una hora! Llevo aquí una hora pegada a la puerta esperándote.

Le escuchó chasquear la lengua con molestia. Escuchó cómo el joven se alejaba y caminaba escaleras arriba. Se había metido en su habitación.

-¡Está abierta! ¡Pasa! Estoy arriba. -gritó con la poca voz que parecía quedarle. ¿Estaba enfermo? ¿Se había resfriado? Le pareció bastante extraño, Keigo tenía las defensas disparadas, su sistema inmunitario estaba fuerte como un toro, se alimentaba bien, hacía muchísimo ejercicio... Quería creer que dormía bien... Lo que sea que le hubiese hecho lucir así de dejado, tenía que ser grave, este pensamiento la preocupó.

(T/n) empujó la puerta y la cerró con la llave puesta en la cerradura de dentro para subir las escaleras hacia la habitación del héroe.

Algo aterrador se esparcía por todo el parqué de la casa: plumas.