1

394 16 2
                                    

Aún no daba crédito a lo que estaba viviendo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Aún no daba crédito a lo que estaba viviendo. Cada mañana, desde que Kumiko y yo nos hicimos novias, compruebo que lo que estoy viviendo es una realidad y no solo una maravillosa fantasía romántica. Si alguien me hubiera dicho hace un año que dejaría atrás mi enamoramiento platónico hacia el profesor Taki y que comenzaría a salir con aquella chica que me preguntó si realmente creía que iríamos a las nacionales hace un par de años, le tildaría de loco. Y es que todavía me parece una locura todo lo que viví el año pasado, una que me alegra haber vivido.

Siendo el primer día del nuevo año lectivo en Kitauji, a mi mente llegan las diferentes expectativas respecto a lo que depara el futuro. ¿Llegarán a la banda nuevos músicos talentosos? De ser así, ¿alguno estará a mi nivel o logrará superarme? ¿Lograremos el oro en las nacionales? Sonrío de solo imaginar que este sea nuestro año, pero quito con rapidez esa expresión de mi rostro. Ya una vez tuve altas expectativas al respecto y la decepción fue enorme. No quiero volver a tener esa frustración.

Al llegar a Kitauji, reviso las listas de alumnos para verificar en qué grupo estaré este año. Continúo en la clase 7 del preuniversitario, donde tomo clases especiales a fin de prepararme mejor para entrar al conservatorio. Sé bien que esto lo hago con miras al futuro, pero eso no evita que me sienta algo mal por solo ver a Kumiko en horas libres y en los ensayos y reuniones generales de la banda.

Tras la introducción hecha por nuestro profesor a cargo, me dirijo al salón de música para la primera reunión del año, donde hablaremos sobre nuestra estrategia para reclutar nuevos miembros. Sin los que se graduaron el año anterior, solo somos unos treinta integrantes, así que necesitamos reclutar al menos otros treinta músicos a fin de poder competir. Una vez en el salón, ubico un par de sillas desocupadas. Sentándome en una de ellas, pongo mi mano sobre la otra, como muestra de que está reservada. A los pocos minutos, Kumiko y sus amigas ingresan al salón. La llamo y le indico que puede sentarse a mi lado.

—Gracias por la silla —dice tras darme un discreto beso en la mejilla, a modo de saludo.

—No hay de qué. —Le sonrío mientras paso mis dedos por mi cabellera—. ¿En qué clase estás ahora?

—2-3, igual que Midori y Hazuki. ¿Sigues en la clase 7?

—Pues sí. Las clases preuniversitarias no cambiaron en lo absoluto.

—Estoy algo celosa de que no tengas que cambiar de clase.

—¿En serio?

—¿No es molesto preocuparse cada año de que mis amigos estén o no en mi misma clase?

Kumiko es mucho más sociable que yo, así que es normal que ella se preocupe por esa clase de cosas, a diferencia de mí.

—Tener amigos en mi misma clase sería bueno, pero no es algo que me preocupe. Estoy bien por mí misma.

Mi indiferente respuesta parece dejar a Kumiko sin palabras. Si bien ambas compaginamos bastante, nuestras personalidades son muy diferentes, por lo que en ocasiones tenemos esta clase de roces.

El desafío de ReinaWhere stories live. Discover now