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En estos días tan agitados, tener algo de tiempo para compartir con los seres queridos es algo que siempre se agradece, en especial si esos momentos son dentro de la escuela, como ahora que Kumiko, Midori, Katou y yo estamos almorzando juntas

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En estos días tan agitados, tener algo de tiempo para compartir con los seres queridos es algo que siempre se agradece, en especial si esos momentos son dentro de la escuela, como ahora que Kumiko, Midori, Katou y yo estamos almorzando juntas. Extrañaba juntarme con ellas, escuchar sus animadas conversaciones y ocasionalmente hacer algún comentario. Si bien ellas manejan un montón de temas de conversación, no es de extrañar que algo relacionado al concurso de ensambles saliera a la palestra.

—Convencer a Tsubame de unírsenos fue más difícil de lo que pensé —comenta Katou tras dar un gran suspiro.

—Es verdad —concede Midori—. Tsubame estuvo un buen rato intentando convencernos de buscar a alguien más. Al parecer, estar en un mismo ensamble que Reina es algo intimidante.

—Bueno, al estar junto a alguien tan talentoso en un grupo pequeño, sientes miedo de no poder apoyar y complementar correctamente su sonido; de equivocarte y arruinarlo todo. —Katou lanza un suspiro que, de una u otra forma, se siente nostálgico—. ¿Recuerdan los ensambles que hicimos a principio de año para el concierto anual? —Todas asentimos en respuesta—. Kumiko y Midori saben lo insegura que estaba respecto a fallar ante ti, Kousaka. Ellas me ayudaron un montón a superar esas inseguridades y, al final del concierto, cuando todo salió bien, me sentí muy orgullosa de mí misma. Le conté a Tsubame sobre esto y creo que eso fue lo que la convenció de unírsenos.

—Ya veo... —A decir verdad, escuchar el testimonio de la tubista me causa cierta incertidumbre. Lo que opinen los demás de mí es algo que no suele importarme, pero eso no quiere decir que no me afecte saber que el rendimiento de los demás pueda verse afectado por mi sola presencia—. Menos mal tenemos en nuestro ensamble al centro de consejería.

—Creí que eso había quedado atrás con el retiro de Yuuko —protesta Kumiko, causando risas por parte de sus amigas.

—Quizás el nombre sí, pero la presidenta de la banda también debe dar consejos a los demás miembros cuando lo necesiten, ¿verdad? Es por esto que, en la práctica, el centro de consejería sigue abierto, al menos hasta que nos retiremos en un año.

Kumiko suspira, recostándose sobre la mesa.

—Definitivamente tengo que aprender a decir que no antes de tomar más responsabilidades de las que puedo.

—Lo estás haciendo bien, y estamos aquí para apoyarte —decimos a la vez Midori y yo. Debo darme prisa.

—¡Feliz helado! —exclamo justo antes de que Midori pueda decirlo. Ella hace un puchero que se ve bastante tierno.

—¿Qué se siente ser derrotada en tu propio juego, Midori? —se burla Katou.

Las cuatro reímos y el tema de conversación se torna más trivial.

Las cuatro reímos y el tema de conversación se torna más trivial

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El desafío de ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora