__•__ Capitulo 4__•__

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La manda comenzó a avanzar en formación, siguiendo las órdenes de Sam mientras Jacob continuaba en el suelo. Embry y Quil lo flanqueaban a la espera de que se recobrará y marcará el ritmo.

Jacob podía sentir la urgencia y necesidad de ponerse de pie y liderarlos. La compulsión fue creciendo sin importar cuánto trató de retenerla allí, en el suelo, encogido y con náuseas.

Embry lloriqueo quedamente al oído de Jacob. Sin querer pensar en las palabras, para no atraer la atención de Sam hacía Jacob otra vez. Aún así, Jacob fue capaz de percibir la súplica silenciosa de Embry; pidiéndole que se levante, se contenga y acabar con aquello de una vez.

Los miembros de la manada estaban en pánico, no de la manera en que Seth y Jacob, sino por el conjunto. Todos ellos sabían que no había posibilidad de que todos salieran vivos aquella noche. ¿Qué hermanos perderían? ¿Qué más desaparecería para siempre? ¿A qué familias tendrían que consolar al día siguiente?

La mente de Jacob comenzó a razonar al ritmo de los demás y a pensar al unísono mientras iban eludiendo esos miedos. Se incorporó de inmediato y sacudió su pelaje.

Embry y Quil lanzaron un resoplido de alivio. El segundo tocó el lomo de Jacob con el hocico.

El desafío de la misión y el cometido asignado llenaron sus mentes. Recordando juntos las noches en las cuales habían observado la práctica de lucha de los Cullen a fin de derrotar a los neófitos. Emmett era el más fuerte, pero Jasper era el más peligroso con esos movimientos suyos tan parecidos al zigzagueo de un relámpago, energía, velocidad y muerte, tres en uno.

"¿Cuántos siglos de experiencia podía tener? Los suficientes para que el resto de la familia lo apreciara como guía" pensó Jacob, respondiendo su propia pregunta.

"Puedo lanzar un ataque frontal si tú prefieres el flanco" ofreció Quil a Jacob, con mucho más entusiasmo que la mayoría de la manada. Quil llevaba muriéndose de ganas de poner a prueba sus habilidades contra el vampiro desde aquellas clases nocturnas de adiestramiento impartidas por Jasper. Él consideraba todo esto como un concurso, y no iba a cambiar de punto de vista a pesar de saber que se está jugando el pellejo. Paul se encuentra en la misma situación, y también los jóvenes Collin y Brady, que todavía no habían presenciado una batalla. De ser una situación diferente, Seth habría pensado lo mismo que ellos si los oponentes no hubieran sido amigos suyos.

"¿Cómo quieres que los hagamos morder el polvo, Jake?" preguntó Quil tras llamar la atención de Jacob con el hocico.

Jacob solo logró sacudir la cabeza, incapaz de concentrarse en nada. La compulsión para seguir las órdenes era tal que se sentía como un títere con alambres en todos los músculos del cuerpo. Debía dar un paso y luego otro.

Seth se vio arrastrado detrás de Collin y Brady, en un grupo donde Leah había asumido el papel de cabecilla. Ella ignoró a Seth mientras planeaba con los demás, y lo dejaba de lado. Había un sentimiento maternal en los sentimientos que profesaba a su hermano pequeño, pues ella deseaba que Sam lo enviará a casa. Seth no podía darse cuenta de las dudas de Leah, pues también él era una marioneta sujeta con alambres.

"Quizá si dejaras de resistirte...", sugirió Embry con suavidad.

"Limítate a centrarte en nuestra parte: los grandullones. Podemos acabar con ellos, ¡Claro que podemos!" pensó Quil, tratando de darle ánimos, como esos jugadores que se animan a sí mismos antes del partido.

Jacob notó lo fácil que podía ser pensar exclusivamente en su parte del trabajo. No estaba espantado por la idea de atacar a Jasper y Emmett.  Habían estado a punto de hacerlo con anterioridad y había pensado en ellos como enemigos durante mucho tiempo. Se sintió capaz de hacerlo de nuevo.

Out Of The BlueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora