35. Boda

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El día de la boda ha llegado, he recibido llamadas de Rachel desde temprano y me siento como un costal de papas frente al espejo de mi habitación, con todo el ruido a mi alrededor también me siento en una autopista.

Me muevo a los lados para ver cómo me queda el vestido en diferentes partes de mi cuerpo, es un vestido sencillo con magas caídas y una abertura en la pierna izquierda, es rojo intenso, lo que hace que mi cabello se vea exactamente igual al estar suelto, es por eso que Maddie vino desde temprano con una maquillista para peinarme y maquillarme, habló de muchas cosas que esperaba que pasaran, incluida su teoría de que Shawn se presentaría a interrumpir la boda igual a una telenovela.

—Te ves preciosa —repite—, deja de mirarte al espejo como si fueras un alíen.

—No lo sé —suspiro sentándome en la cama—, me siento extraña.

Ella viste un vestido gris más corto que el mío, lleva tacones negros y el cabello suelto en rulos preciosos, su acompañante será Isabella porque, en sus propias palabras, quiere dejar de hacer a los hombres algo importante en su vida y concentrarse más en la familia.

—Isabella olvidará que lleva su estetoscopio —se ríe—, y lo llevará toda la fiesta.

—Extraño que me hable de términos médicos, ¿en dónde está?

—Ha tenido demasiado trabajo —se levanta de mi cama—, los médicos no tienen tiempo libre y menos cuando son residentes.

—¿Llegará a la fiesta aparte?

—Si.

Maddie y yo nos iremos en uno de los coches negros, mi padre y Paulinne se irán en el coche de mi padre e Isabella se llevará el suyo, así que toda la familia irá a la boda sin complicaciones.

—¿Sabes que Isabella irá a visitar a su madre en vacaciones de navidad? —comenta tecleando algo en mi celular.

—¿De verdad? —tacho el 20 de octubre de mi calendario.

—Si, dijo que no te diría nada.

—Que novedad.

Tomo mi bolso, lista para ir a la estúpida boda.

—Creo que deberías llamar a tu madre.

—Ella no es mi madre.

—Pues ya está marcando —me muestra la pantalla de su celular, marcando a Melinda.

—¡Madelaine! —estiro la mano, pero ella aleja el celular.

—Te espero en el coche —me lo entrega cuando ella contesta la llamada.

—¿Hola? —escucho su voz a lo lejos—. ¿Gwen?

Resoplo con fuerza.

—Hola.

—Me alegra que llamaras —suena demasiado contenta—. ¿Sabes que Isabella vendrá en navidad?

—Si.

Sé que no quieres tener nada que ver conmigo, pero me gustaría que consideraras...

—No lo sé —interrumpo, decidida a no ir—, tengo muchas cosas que hacer.

—Isa dijo que Danny te despidió.

Maldigo a Isabella en mi mente y pongo los ojos en blanco.

—Lo hizo...

—Solo te pido que lo consideres, podrías llegar antes de tu cumpleaños y...

—¿Quieres que pase mi cumpleaños allá?

—Claro, podemos hacer una gran fiesta o solo quedarnos en casa.

Jugando Sin ReglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora