Reencuentro

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El resto de la semana pasó sin novedades, finalmente habían conseguido la información necesaria para que ajustaran la incubadora y pudieron dejar el huevo en el estudio sin preocupación alguna, ya que el aparato también tenía un programa para avisar directamente al comunicador de Mayo si surgía alguna variación o anomalía.

M. Bueno, finalmente podemos salir jeje...¿Quieres ir a dar una vuelta?

R. Quizá mañana, debería de ir a ver como esta todo en el corral...a los polluelos no les falta comida pero les gusta que los alimente y...bueno, no he ido en una semana

M. Entiendo, es que te quieren mucho.

R. Sí, yo también los quiero, los he extrañado estos días...mmm...bueno...creo que...debería irme..- no se le notaban muchas ganas de separarse del huevo.

M. Espera...ten, guardalas bien.- le entregó un par de llaves.-...por si un día no estoy y quieres venir a ver tu huevito. La pequeña es del laboratorio, Si se la enseñas a Pánfilo él te dirá dónde colocarla.

R. G-gracias Mayo...- sonrió y de repente se sintió más tranquilo.

Se despidieron y partieron por caminos diferentes, Rius a ver a sus polluelos y Mayo a dar la vuelta en los alrededores del pueblo. La tostadora era muy inquieta, siempre necesitaba salir a conocer lugares, le gustaba explorar y aunque disfrutó aquella semana con su amigo ya sentía que le faltaba aire fresco...para su mala suerte, se encontró con alguien...

A. Pero que tenemos aquí~ -se acercó rápidamente y el androide de inmediato supo que lo fastidiaría por la sonrisa de travesura que tenía, le recordaba al gato del país de las maravillas.

V. ¡Mayo! ¡Hace mucho que no te veo! -se adelantó y le dio un fuerte abrazo.

M. ...Hola Victor, hola Acenix...-lo abrazó también aunque no con tantos ánimos como el espartano y él se dió cuenta, se separó un poco y le miró atento.

V. ¿Pasó algo?

M. Nada. ¿Por qué?

V. Es que...después de tanto tiempo sin vernos, pensé que me extrañarías...

M. ¿Y eso qué tiene que ver?

A. ¡Yo te abrazo Victor, yo si te extraño!- se trepó a su espalda y comenzó a ronronear viendo de reojo a Mayo.

V. Cuidado que te harás daño...-lo acomodó mejor y volvió a dirigirse al mayor.- S-solo creí que te alegrarías más de verme... La verdad estaba preocupado por ti, no sabía nada.

M. Preocupado, si claro... - Se cruzó de brazos y dejó de mirarlo, eso lo había molestado, aún dolía.- No creo que te preocupara mucho. ¿Qué te costaba escribirme?

V. ¿Qué dices? Si te escribí un par de veces

M. Mi conexión es muy buena, no tiene errores, no me llegó ningún mensaje tuyo Victor.

V. Pero si Acenix me dijo que-

M. ¿Tenías a Acenix de secretario de nuevo?...- le interrumpió y vio mal al felino.- Eso lo explica...

A. Vaaaale, puede que haya olvidado enviar los mensajes, pero mira, ya lo vimos, esta bien, ahora, ¿podemos ir por los bocadillos que me prometiste?

V. No, regresamos para la casa, eso no se hace Acenix

A. Pe-pero si yo-

V. Nada de peros, vamos a casa y bájate de mi espalda.- sentenció con voz firme.

El gatito obedeció de mala gana, agachando las orejas y dilatando un poco sus pupilas para intentar persuadir al guerrero, pero él no le estaba prestando demasiada atención y eso sólo lo fastidió.

Con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora