༄ bingqiu box ෆ

4. Dime Lo Que Quieres

ღ Autor: Rinsled05

ღ Traducción: LienXue

ღ Categoría: Post-canon, +18.

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Luo Binghe haciendo sus tareas, sin camiseta, debería estar prohibido. Hace que Shen Qingqiu se sobrecaliente, que su respiración se acelere, que sus ojos sigan cada movimiento de esos músculos por encima del borde de su abanico. Como si el peso de la humedad veraniega no fuera suficiente, Luo Binghe había decidido quitarse la túnica, una capa tras otra, dejándola caer en una pila a los pies de su cama. El movimiento dejaba ver las ondulaciones de su espalda y sus antebrazos, las curvas de su pecho y sus abdominales, y Shen Qingqiu tenía que batir su abanico para conseguir más aire, como si se hubiera quedado desesperadamente sin él.

Y entonces Luo Binghe se mueve por la casa de bambú en nada más que sus pantalones, el sudor resbalando por su cuello, sus brazos, su pecho —esa pequeña hendidura en su espalda donde a Shen Qingqiu le gusta presionar su boca— y el abanico de Shen Qingqiu se mueve más rápido, más fuerte.

Se supone que está revisando los gastos del Pico, cuadrando las cuentas. ¿Quién diablos puede pensar en los números cuando apenas puede respirar bajo este calor sofocante?

—¿Shizun?

Shen Qingqiu se sobresalta. Luo Binghe se había girado para verlo, con su mirada interrogante, mechones de cabello oscuro pegados a sus mejillas. Justo en el momento en que a Shen Qingqiu le pican los dedos por apartarlos, enredarlos y tirar de ellos, Luo Binghe deja la escoba y se acerca a él. Los músculos se mueven como una pantera hacia su presa. El cinturón de sus pantalones cuelga justo en el punto de sus caderas, atrayendo los ojos de Shen Qingqiu hacia abajo.

—Shizun —Luo Binghe llama de nuevo.

Justo al lado de su oreja, unos fuertes brazos lo rodean por detrás.

¡¿Cuándo se acercó tanto?!

Girándose, Shen Qingqiu empuja una mano contra el pecho de Luo Binghe —las líneas duras y musculosas de su pecho— y lanza un siseo. 

—Me estás sofocando con tu calor, Binghe.

Pero Luo Binghe presiona, insistente. 

—Shizun parece estar muy acalorado hoy —deja caer un beso en la mandíbula de Shen Qingqiu, justo debajo de su oreja—. Pero también parece estar disfrutando de la vista.

Hay un toque de diversión en su voz.

Shen Qingqiu lo mira fijamente, con los ojos muy abiertos. 

—Tú...

Luo Binghe tararea, sin ningún remordimiento.

—¿Qué quiere Shizun de este discípulo? Haré con gusto lo que me pida.

La mandíbula de Shen Qingqiu se tensa, la boca se cierra. Está ardiendo de deseo, sí, pero no dará a su astuto discípulo la satisfacción, no después de conocer la verdad de su pequeño espectáculo de desnudez. Es frustrante lo atrevido y desvergonzado que se ha vuelto Luo Binghe después del matrimonio. ¿Es esto lo que pasa una vez que la persecución termina? ¿Todas las inhibiciones desaparecen? ¿Las restricciones, son arrojadas por la ventana?

Luo Binghe se ríe, y Shen Qingqiu lo siente en sus huesos. 

—Si no lo dice, entonces este discípulo tendrá que adivinar.

Antes de que Shen Qingqiu pueda reaccionar, la silla en la que está gira como si no pesara nada, y las manos de Luo Binghe están sobre sus muslos, separándolos.