xviii. el secuestro

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capítulo dieciocho:
el secuestro

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—¡Maldición!—exclamó Mikasa llena de enojo—. Si tan solo hubiéramos apuntado al cuello.

—Se regenerarían de todas formas, quizás hubiéramos acelerado la trasformación—Giselle apretó sus cuchillas.

Armin llevaba a Leyna en sus brazos hasta subirla nuevamente a la muralla, la joven lo abrazó con fuerza hasta que se reunió con Historia.

—¿Estás bien?—preguntó Arlert.

—Sí—dijo ella, separándose.

—¡Consigan un equipo de maniobras!—dijo, antes de salir del lugar.

—¡Leyna! ¿¡Qué demonios!? ¿Dónde están Reiner y Bertholdt?—preguntó Connie.

Leyna lo miró confundida, sin poder articular una palabra.

—¡Soldados, listos para pelear, hay que derribar al colosal!—ordenó Hange—. ¡Ataquen al desgraciado!

Al escuchar aquella orden Giselle salió disparada hacia el colosal, el escuadrón de Hange trato de atacar, en un rápido movimiento Giselle cortó las articulaciones de los brazos, logrando inmovilizarlo.

—¡AHORA!—gritó Hange intentando atacar el cuello.

El colosal comenzó a expulsar humo ardiente de su cuerpo, haciendo que todos los presentes retrocedan.

—Ahora emite calor como una hoguera—dijo Armin—. No podremos atacarlo.

—No queda otra que esperar, se cancela la captura—ordenó Hange—. Si sale de ahí, mátenlo ¡El resto venga conmigo, iremos con el acorazado!

La pelea entre el titán de Eren y el acorazado comenzó, usando los movimientos que Annie le enseñó, Jaeger contuvo al acorazado usando sus piernas.

—¡Las rodillas! ¡Mikasa, Giselle, ahora!

Mikasa se acercó a toda velocidad al igual que Giselle, ambas cortaron las rodillas con éxito.

Mikasa y Giselle pararon muy cerca de la pelea, cuándo el titán acorazado rugió con fuerza.

—¡Está llamando a otros titanes!—dijo Hange.

—No son otros, no habían más—dedujo Giselle—. ¿Intenta...?

HOUSE OF MEMORIES  ▬  attack on titanWhere stories live. Discover now