「 𝐇𝐎𝐔𝐒𝐄 𝐎𝐅 𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 」. . . soulmates never die. ⚔
⠀ ❛❛Que tus fantasías
⠀ se conviertan en
⠀ ⠀ tu legado.❜❜
Los sueños son el reflejo de nuestra historia, enseñan nuestros anhelos y nos obligan...
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Una semana después del encuentro con Jaeger, Leyna caminaba por el Liberio cargando consigo la primera carta de la situación, asegurando que Eren fue localizado y el desarrollo del plan sería inmediato, inevitablemente su vista paseaba por las calles del lugar, el Liberio era mucho más avanzado que los distritos en Paradis, pero su vista se posó en un par de niños corriendo de un lado a otro entre risas
Sus labios formaron una pequeña sonrisa mientras el recuerdo de ella y Marco inundaba su mente, a pesar de haber pasado cuatro años nunca dejó de pensar en él, ni lo mucho que lo extrañaba.
Quizás ciertas facciones de su rostro comenzaban a desaparecer, al igual que sonidos como su risa, pero jamás podría olvidar el sentimiento de abrazarlo, o como sus pecas se notaban aún más bajo el sol.
—Señorita Ámbar—sus pensamientos salieron volando al escuchar aquella voz levemente familiar.
—Buenos días, soldado Grice—Becker sonrió como gesto de amabilidad al ver que el muchacho, acompañado de su hermano menor se dirigía a ella—. Falco, que gusto volver a verte.
—Por favor, solo Colt—dijo mientras el mayor de los Grice la saludaba con una amplia sonrisa—. ¿Qué te trae por aquí?
—Es mi día libre, quise escribir a mi familia, para informarles de mi voluntariado, y sepan que estoy bien.
—¡Estamos en el borde, y hay un buzón cerca! ¿Gusta que la acompañemos?—Falco le sonrió con amabilidad como de costumbre.
—¿No es molestia?
—Para nada, ¿Verdad Colt?
—Nunca molestaría—respondió el mayor, y antes de poder decir algo al respecto Leyna ya se encontraba caminando junto a los hermanos Grice.
—Es muy amable, lo he visto pasar un par de veces por el hospital, siempre saluda a los soldados—dijo Becker mirando a Falco quien iba delante de ellos—. Se lleva especialmente bien con el señor Krueger.
—Lo es, a veces es amable con quien no debe serlo.
—Al igual que tú—soltó la pelirroja haciendo que Colt voltee.
—Solo lo hice por que te noté confundida —respondió rápidamente—. Puedo entender que la guerra probablemente te hizo mucho daño.
—Siempre hay peores cosas, Colt—añadió Becker.
—Señorita Ámbar, puede dejar su carta aquí—dijo Falco mostrándole el buzón, Becker se aproximó y depositó la carta.
—Te lo agradezco, puedes venir al hospital cuando quieras ayudarme.
